En un nuevo capítulo del debate sobre las dietas vitalicias de los expresidentes de Chile, la oposición ha sufrido una derrota al no lograr los votos necesarios para aprobar una reforma constitucional que buscaba modificar estos beneficios.
Este martes, la Sala de la Cámara de Diputados archivó por falta de quórum el proyecto que pretendía reducir los montos de las dietas vitalicias, las cuales actualmente ascienden hasta los 7,3 millones de pesos, además de asignaciones especiales por traslación y funcionamiento de oficinas que bordean los 10 millones.
Intento de Reforma Fracasa
Diputados de oposición habían presentado una serie de iniciativas que fueron refundidas en una sola reforma constitucional, donde destacaba una indicación respaldada por la UDI que establecía que «al cumplir los sesenta y cinco años, los expresidentes percibirán como única renta una dieta equivalente a la remuneración de un Ministro de Estado».
Sin embargo, finalmente la arremetida legislativa fracasó debido a que no alcanzó los 87 votos necesarios para seguir su trámite. La votación se cerró con 78 apoyos, 4 votos en contra y 4 abstenciones, lo que impide volver a tramitar la misma idea matriz en un año.
Privilegio para el Presidente Boric
Durante el debate, los parlamentarios de oposición reconocieron que la iniciativa tenía nombre y apellido: el presidente Gabriel Boric. El diputado de la UDI, Henry Leal, admitió que todo este debate tiene que ver con que no les parece justo que el mandatario reciba esta dieta desde los 40 años, calificándolo como «un privilegio».
Incluso, los opositores emplazaron al jefe de Estado a renunciar a esta dieta vitalicia, algo que Boric no ha hecho hasta el momento.
Administración de los Pagos
Cabe destacar que, pese a las discusiones, los pagos de las dietas vitalicias seguirán estando a cargo del Senado, y no pasarán a ser administrados por la propia Presidencia de la República, como se había planteado inicialmente.
En resumen, la oposición no logró modificar este beneficio que han disfrutado los expresidentes de Chile, a pesar de sus esfuerzos por limitar lo que consideran un «privilegio» para los exmandatarios.