En un hecho histórico para Nepal, la ex presidenta del Tribunal Supremo, Sushila Karki, ha sido nombrada como la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra interina del país, tras la dimisión del ex primer ministro K.P. Sharma Oli.
Después de días de incertidumbre política y tensas negociaciones entre el presidente Ram Chandra Poudel, Karki, el Ejército y los líderes del movimiento juvenil «Generación Z», se ha llegado a un acuerdo que permitirá la formación de un Gobierno interino bajo el liderazgo de Karki.
Una figura de consenso y anticorrupción
Sushila Karki es conocida en Nepal por su papel en la lucha contra la corrupción, convirtiéndose en una figura de consenso entre los jóvenes manifestantes que exigían la disolución del Parlamento como condición para permitir la formación de un Ejecutivo interino.
A pesar de los obstáculos legales iniciales, ya que la Constitución establece que solo un miembro del Parlamento puede ser designado primer ministro, diversos actores de la sociedad civil, como colegios profesionales y asociaciones de abogados, insistieron en que cualquier salida debía mantenerse dentro del marco constitucional.
Preservando el Estado de derecho
El propio presidente nepalí se había comprometido con una transición que preservara el Estado de derecho y la legitimidad institucional. Según el nuevo acuerdo, la Cámara será disuelta y el nuevo Gobierno asumirá el poder, atendiendo a las demandas de los manifestantes que habían mantenido bloqueada la transición tras la salida de Oli.
Superando un limbo político
Nepal ha pasado tres días en un limbo político marcado por el vacío de poder, mientras el Parlamento reclamaba una salida constitucional y sectores de la sociedad civil advirtieron de que cualquier Ejecutivo fuera de la Carta Magna carecería de legitimidad.
El estancamiento se produjo en medio de un clima de tensión creciente, con protestas que dejaron al menos 51 muertos y más de un millar de heridos, según el último balance oficial.
La designación de Sushila Karki como primera ministra interina representa un hito histórico para Nepal, al tiempo que busca restablecer la estabilidad política y preservar el Estado de derecho en medio de una crisis que ha sacudido al país.