En un fallo histórico, la Primera Sala de la Corte Suprema de Brasil ha declarado culpable al expresidente Jair Bolsonaro por su intento de golpe de Estado. La decisión, tomada por cuatro votos contra uno, concluye que Bolsonaro lideró una «organización criminal» con el objetivo de impedir la toma de posesión del actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, tras su victoria en las elecciones de 2022.
La conspiración comenzó mucho antes de las elecciones, según la acusación de la Fiscalía General. Desde junio de 2021, Bolsonaro y sus aliados emprendieron una campaña de descrédito contra las instituciones y el sistema electoral brasileño, preparando el terreno para lo que vendría después.
De las Palabras a los Hechos
Cuando Lula ganó las elecciones en octubre de 2022, la trama golpista pasó a la acción. Hubo intensas protestas, atentados frustrados por la Policía y campamentos de bolsonaristas en las puertas de los cuarteles, exigiendo al Ejército que impidiera la investidura de Lula.
Finalmente, el 1 de enero de 2023, Lula asumió el poder. Pero una semana después, miles de activistas de ultraderecha salieron de uno de esos campamentos en Brasilia para asaltar con violencia las sedes de la Presidencia, el Parlamento y la Corte Suprema.
Bolsonaro, «Jefe» de una «Organización Criminal»
Según la acusación, esta acción violenta fue el corolario de la trama golpista «liderada» y dirigida personalmente por Bolsonaro, con el objetivo de «perpetuarse en el poder» e instalar «una dictadura» en Brasil.
Los cinco jueces de la Primera Sala ahora discutirán las condenas que serán aplicadas a Bolsonaro y otros siete reos, que pueden llegar a 43 años de cárcel.
Este fallo histórico envía un mensaje claro: en Brasil, nadie está por encima de la ley, ni siquiera un expresidente. La democracia ha prevalecido.