En un hecho histórico, la Primera Sala del Supremo de Brasil ha logrado formar una mayoría de tres votos para condenar al expresidente Jair Bolsonaro por su intento de golpe de Estado. La magistrada Cármen Lúcia Antunes se sumó a los argumentos del juez instructor, Alexandre de Moraes, quien declaró culpables a Bolsonaro y a siete de sus aliados por cinco delitos contra el orden democrático.
Pruebas Concluyentes de un Complot Golpista
Según Antunes, hay «pruebas concluyentes» que demuestran que desde 2021, un «grupo liderado por Jair Bolsonaro» intentó «abolir el Estado democrático de derecho, restringir los poderes, en especial el Judicial, y deponer el Gobierno legítimamente constituido». La magistrada enfatizó que el panorama está «ampliamente demostrado» y que la organización «documentó casi todas las fases de su empresa» para «dañar y secuestrar el alma de la República» al «desmoralizar el proceso electoral» con «actos de violencia, graves amenazas, coacción» e incluso planes de asesinato de autoridades.
Cargos y Posible Condena
Bolsonaro, actualmente bajo arresto domiciliario, responde en este proceso por cinco crímenes por los que podría recibir una pena máxima de unos 40 años: abolición violenta del Estado democrático de derecho, golpe de Estado, organización criminal armada, deterioro del patrimonio protegido y daño calificado.
La mayoría de la Primera Sala siguió el voto de Alexandre de Moraes, quien situó a Bolsonaro en el epicentro de este complot golpista. Según las acusaciones, desde mediados de 2021 el otrora mandatario brasileño buscó anular la victoria electoral de Lula «a cualquier costo» para «perpetuarse en el poder» mediante el uso de la fuerza.
Voto Divergente y Próximos Pasos
El único voto divergente hasta ahora ha sido el de Luiz Fux, quien absolvió a Bolsonaro de todos los cargos, argumentando que no hay pruebas suficientes. Una vez que se conozcan los votos de los cinco magistrados, pasarán a discutir la fijación de la pena para cada uno de los posibles condenados, lo que previsiblemente ocurrirá el viernes.
Este juicio representa uno de los momentos más importantes de la historia reciente de Brasil, con profundas implicaciones para la democracia y el futuro político del país.
