Los analistas privados consultados mensualmente por el Banco Central argentino han revisado al alza su proyección de inflación para 2025, elevándola hasta el 28,2%. Esta corrección de 0,9 puntos porcentuales con respecto al sondeo anterior refleja la persistente presión inflacionaria que enfrenta el país.
La inflación interanual en Argentina alcanzó el 117,8% el año pasado, lo que evidencia los retos que aún debe superar la economía para controlar el alza de precios. Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado, los expertos esperan que la inflación mensual se ubique en 2,1% en agosto, en comparación con el 1,9% registrado en julio.
Desafíos y medidas para contener la inflación
Para hacer frente a esta situación, el Gobierno de Javier Milei ha implementado una política monetaria y fiscal más restrictiva. Si bien esto ha logrado moderar progresivamente el ritmo de incremento de los precios al consumidor, la inflación sigue siendo un problema clave para la economía argentina.
Desde una perspectiva económica, la elevada inflación erosiona el poder adquisitivo de los consumidores, lo que puede afectar la demanda interna y el crecimiento económico. Además, genera incertidumbre y dificulta la planificación a largo plazo tanto para empresas como para hogares.
Implicaciones para los argentinos
Para los ciudadanos argentinos, esta persistente inflación se traduce en una pérdida constante del valor de sus ingresos y ahorros. Esto supone un desafío importante en su calidad de vida y capacidad de consumo.
Desde la perspectiva de los expertos, la clave para controlar la inflación a largo plazo radica en mantener políticas macroeconómicas sólidas, reducir los desequilibrios fiscales y fomentar la confianza de los agentes económicos. Solo así podrá Argentina lograr una estabilidad de precios que beneficie a toda la población.