En una noticia que ha conmocionado a Portugal y al mundo, el primer ministro Luís Montenegro ha confirmado que el trágico accidente del funicular de Gloria en Lisboa ha dejado un saldo de 16 personas fallecidas y 5 heridos graves.
La tragedia ocurrió el miércoles por la tarde cuando el famoso funicular, que conecta la Plaza de los Restauradores con el Bairro Alto y el mirador de São Pedro de Alcântara, descarriló de forma inesperada. Según las primeras investigaciones, el accidente se debió a un fallo mecánico o técnico que aún se está determinando.
Una de las Mayores Tragedias Recientes de Portugal
En un mensaje emotivo a la nación, el primer ministro Montenegro calificó este incidente como «una de las mayores tragedias humanas de nuestra historia reciente». Expresó sus más sinceras condolencias a las víctimas, tanto nacionales como extranjeras, y deseó una pronta recuperación a los heridos.
«En estos momentos de dolor, ninguna palabra será suficiente para aliviar su pérdida ni llenar el vacío dejado por quienes han fallecido», manifestó el mandatario, quien aseguró que el Gobierno ha estado siguiendo de cerca la evolución de la situación y proporcionando la respuesta más eficaz posible.
Víctimas de Diversas Nacionalidades
Aunque aún no se han confirmado las nacionalidades de los fallecidos, se sabe que entre los heridos graves hay personas de España, Portugal, Alemania, Corea del Sur, Suiza, Francia, Canadá, Cabo Verde, Italia y Marruecos.
El Ascensor de Gloria, inaugurado en 1885, es uno de los símbolos turísticos más emblemáticos de Lisboa, por lo que este accidente ha conmocionado a la ciudad y al país entero.
Investigación en Curso
Las autoridades lusas han iniciado una exhaustiva investigación para determinar las causas exactas del descarrilamiento y asegurar que se tomen las medidas necesarias para evitar que una tragedia similar vuelva a ocurrir.
En estos momentos de dolor y conmoción, Portugal se une para brindar apoyo a las familias de las víctimas y espera que los heridos puedan recuperarse pronto. Esta será una herida difícil de sanar para la capital portuguesa y su gente.