La tierra tembló con fuerza en el este de Afganistán el domingo por la noche, dejando una estela de destrucción y sufrimiento. Un poderoso terremoto de magnitud 6.0 sacudió la región, cobrándose la vida de al menos 800 personas y dejando alrededor de 2,500 heridos, según informó el Gobierno talibán.
Las imágenes obtenidas por la Agencia EFE muestran el dramático panorama que se vive en las zonas afectadas. Casas precarias reducidas a escombros, heridos siendo atendidos y equipos de rescate trabajando incansablemente para llegar a las comunidades aisladas. La situación es crítica y la magnitud real de la devastación aún está por conocerse, advirtieron las autoridades.
Una Respuesta Urgente y Coordinada
Organizaciones como UNICEF ya se encuentran en el terreno, trabajando en estrecha colaboración con socios locales y agencias de la ONU para brindar asistencia vital a los niños y familias afectadas. La prioridad es abordar las necesidades urgentes en materia de salud, agua potable, saneamiento, nutrición, protección infantil, alojamiento temporal y apoyo psicosocial.
Niños Vulnerables en una Crisis Agravada
Lamentablemente, los niños afganos ya se enfrentaban a una de las crisis humanitarias más duras del mundo. Ahora, el terremoto les ha arrebatado hogares, seguridad y seres queridos, empujándolos a una necesidad aún mayor de atención y protección.
Reconstruyendo Vidas y Esperanzas
A pesar de la devastación, la comunidad afgana se ha unido para brindar apoyo y solidaridad. Imágenes muestran a personas donando sangre y a equipos de rescate trabajando incansablemente para llegar a las zonas más afectadas. Juntos, Afganistán se esforzará por reconstruir y sanar las heridas de esta tragedia.
