En una noche que debería haber sido tranquila, una familia de San Bernardo se vio envuelta en una pesadilla cuando un grupo de al menos seis delincuentes encapuchados y armados irrumpieron en su hogar durante la madrugada.
Según relata Camila, una de las víctimas, todo comenzó cuando los ladrones ingresaron por la parte trasera de la casa, donde hay un sitio eriazo. «Primero se fueron a la pieza de mis papás. Los hicieron callar y los amarraron», comenta. Fue entonces cuando Camila despertó al ver a uno de los delincuentes entrar a su habitación.
La familia, que se describe como de «esfuerzo» y sin mayores recursos, fue brutalmente asaltada. «A mi papá le sacaron pistola, a mí me pegaron un combo», cuenta Camila, quien también vio a sus dos hermanas menores amarradas.
Al parecer, los ladrones estaban «dateados», es decir, tenían información previa sobre la casa y sus habitantes. «Pensamos que esto fue un dato, quizás personas que ya conocían mi casa», señala Camila, quien cree que los delincuentes buscaban en particular un crucifijo de su madre.
Un Trauma que Deja Secuelas
Tras el violento asalto, la familia se enfrenta a un futuro incierto. «No sé si vamos a poder volver a dormir tranquilos», lamenta Camila, quien expresa la angustia de su familia ante la pérdida de la sensación de seguridad en su propio hogar.
Más allá de los $8 millones que se estima que los ladrones se llevaron como botín, el verdadero costo de este incidente es el impacto emocional y psicológico que ha dejado en esta familia trabajadora. «Somos una familia de esfuerzo, siempre la gente ha pensado que nosotros tenemos mucha plata, que somos traficantes, cuando las cosas no son así», concluye Camila con tristeza.
Un Llamado a la Seguridad y la Empatía
Este violento asalto a una familia común y corriente es un recordatorio de la necesidad urgente de mejorar la seguridad en las comunidades y de desarrollar una mayor empatía hacia las víctimas de delitos. Historias como esta deben inspirarnos a exigir soluciones efectivas y a brindar apoyo a quienes sufren las consecuencias de la delincuencia.