En un acto de extrema violencia, la vida del ingeniero Michael Peñaloza fue brutalmente arrebatada en un hecho que ha conmocionado a la comunidad de Curacaví. Nuevos y escalofriantes detalles han salido a la luz sobre este crimen, que pone de manifiesto la creciente ola de inseguridad que azota a la región.
Todo comenzó el 11 de agosto, cuando un grupo de delincuentes irrumpió en la parcela de Peñaloza, robando diversos objetos, incluyendo una copia de la llave de su camioneta. Pese a que el ingeniero reforzó la seguridad, los asaltantes volvieron a la madrugada del 19 de agosto, dispuestos a llevarse el vehículo a toda costa.
Ataque Brutal y Asesinato
En esta ocasión, los delincuentes cortaron la energía eléctrica de la parcela y forzaron la reja de entrada. Cuando Peñaloza intentó detenerlos, fue brutalmente atacado con piedras por varios de los imputados, entre ellos Esabú Muñoz Escobar, quien logró subirse a la camioneta. Sin embargo, el ingeniero se interpuso en su camino y terminó atropellado, muriendo en el lugar de los hechos.
Según la Fiscalía Occidente, los cinco detenidos enfrentan cargos de robo con homicidio, robo en lugar habitado, receptación e incendio. Las autoridades cuentan con sólidas pruebas, como imágenes que los inculpan y el hallazgo de objetos robados en sus domicilios.
Negligencia Policial y Desesperación de la Víctima
Uno de los detalles más perturbadores es que, tras el primer intento de robo, Peñaloza alertó a los vecinos y llamó a Carabineros, quienes se retiraron minutos después alegando falta de personal para recorrer la zona. Esta negligencia policial dejó al ingeniero a merced de los delincuentes, quienes regresaron horas más tarde para cometer el crimen.
En sus últimos minutos de vida, Peñaloza envió un mensaje a sus vecinos advirtiendo sobre el regreso de los asaltantes, en un desesperado intento por obtener ayuda y evitar su fatal desenlace.
Un Crimen que Clama Justicia
Este brutal asesinato ha generado una ola de indignación y exigencias de justicia por parte de la comunidad. La familia de Peñaloza y los residentes de Curacaví demandan que se haga todo lo posible para castigar a los responsables y evitar que hechos tan violentos vuelvan a ocurrir.
El caso del ingeniero Michael Peñaloza es un trágico recordatorio de la urgente necesidad de fortalecer la seguridad y la presencia policial en la región, así como de implementar medidas efectivas para combatir la delincuencia y proteger a los ciudadanos.
