En una declaración polémica, el secretario general del Club Atlético Independiente, Daniel Seoane, ha vuelto a culpar a la dirigencia de Universidad de Chile (La U) por los violentos incidentes que suspendieron el partido de los octavos de final de la Copa Sudamericana entre ambos equipos en Avellaneda.
Según Seoane, «la total responsabilidad es de la dirigencia de La U, ellos sabían que público traían. Cuando se pusieron a la venta las entradas, se agotaron rápido en Chile. Ellos tenían bien claro la gente que los seguía».
El directivo del ‘Rojo’ reconoció que en las reuniones de seguridad previas «no hubo prevención de la gente que venía y que produjo los desmanes. No se les identificó, así es imposible prevenirlo». Sin embargo, insistió en que desde Azul Azul «sabían quiénes podían causar desmanes, no prestaron atención».
Falta de autocrítica en Independiente
Seoane, al igual que la institución que representa, ha mantenido una «nula autocrítica» sobre los hechos. Según él, en Avellaneda «no estábamos preparados para esto».
El dirigente trasandino señaló que en Chile «pusieron a 2.000 hinchas nuestros con la gente de La U, divididos por una reja, y no pasó nada». Sin embargo, en Avellaneda la situación se salió de control.
Antecedentes de violencia en La U
Seoane argumentó que La U «tiene bastantes antecedentes de estas situaciones» y por eso tuvieron dos reuniones de seguridad con la Conmebol y autoridades chilenas. Aun así, los incidentes terminaron suspendiendo el partido.
La postura de Independiente contrasta con la necesidad de una reflexión profunda sobre los fallos en la organización y seguridad del evento, así como la responsabilidad compartida de ambas instituciones en prevenir la violencia.
¿Qué sigue?
Tras estos lamentables hechos, queda por ver si Independiente y La U lograrán aprender de esta experiencia y trabajar conjuntamente para evitar que se repitan episodios de violencia en el fútbol.