Descubrimiento Impactante: La Base Militar Secreta de EE.UU. Enterrada Bajo el Hielo de Groenlandia

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En un hallazgo impactante, un equipo de científicos de la NASA ha logrado detectar los restos de una antigua base militar estadounidense enterrada bajo el hielo de Groenlandia. Se trata de Camp Century, una instalación secreta construida durante la Guerra Fría que albergaba todo tipo de infraestructura, incluyendo el primer reactor nuclear portátil del mundo.

Utilizando tecnología de radar de apertura sintética para vehículos aéreos no tripulados (UAVSAR), los investigadores han podido visualizar con gran detalle las estructuras subterráneas de esta «ciudad secreta», que se encuentra a unos 30 metros bajo la superficie helada. Chad Greene, científico de la NASA, señala que «en los nuevos datos, las estructuras individuales de la ciudad secreta son visibles de una manera que nunca antes se habían visto».

Una Reliquia de la Guerra Fría con Graves Consecuencias Ambientales

Camp Century fue construida en 1959 por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos con el objetivo de probar técnicas de construcción en el Ártico y experimentar con el despliegue de armas nucleares. La base, diseñada para albergar hasta 200 personas, contaba con 21 túneles interconectados que se extendían por casi 3 kilómetros de longitud, incluyendo zonas de descanso, laboratorios, un hospital y hasta una capilla.

Pero lo más preocupante es que, según un estudio publicado en Geophysical Research Letters en 2016, la base albergaba «alrededor de 200.000 litros de combustible diésel, 24 millones de litros de aguas residuales sin tratar y una cantidad considerable de Bifenilos Policlorados (PCB)». Estos contaminantes quedaron sepultados bajo el hielo cuando la base fue abandonada en 1967.

Un Peligro Latente para el Medio Ambiente

El descubrimiento de Camp Century ha reabierto el debate sobre los riesgos ambientales de los restos de la Guerra Fría. Un estudio de la Universidad de Copenhague publicado en Frontiers en 2021 concluye que, hasta el año 2100, la fusión del hielo no alcanzará todavía la zona infectada. Sin embargo, Alex Gardner, científico especializado en criósfera del JPL de la NASA, advierte que «en las imágenes de radar, lo que parecía ser una enorme estructura había quedado al descubierto en las profundidades del paisaje helado».

A medida que el calentamiento global continúa derritiendo los glaciares de Groenlandia, la preocupación crece por el potencial impacto ambiental de los contaminantes que yacen bajo el hielo. Este descubrimiento nos recuerda que los legados de la Guerra Fría siguen teniendo consecuencias que aún no hemos logrado comprender por completo.

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