La noche del 20 de agosto de 2025 quedará grabada en la memoria de los fanáticos de Racing Club. Franco Pardo, el joven defensor de 24 años, se convirtió en el héroe de la clasificación a cuartos de final de la Copa Libertadores tras anotar el gol decisivo en el último minuto del partido contra Peñarol.
Con el partido empatado 1-1 y el marcador global igualado, Pardo apareció en el segundo palo para rematar de cabeza un centro perfecto de Gastón Martirena y enviar a la Academia a la siguiente ronda de la competición continental. La euforia en el estadio El Cilindro de Avellaneda era indescriptible, y Pardo se convirtió en el centro de atención de los fanáticos que lo ovacionaron como nunca.
Del Gol Heroico al Empuje de la Camioneta
Pero la noche de Pardo no terminaría ahí. Después del partido, el joven defensor se encontró con un inesperado problema: su camioneta se había quedado sin batería. Acompañado por fanáticos que se quedaron más de una hora después del partido, Pardo tuvo que empujar su vehículo para poder arrancarlo.
Un particular registro captado por una fanática muestra cómo Pardo, con una sonrisa en el rostro, le pide a la aficionada que no lo filme mientras él y su padre intentan poner en marcha la camioneta. Este momento, que se ha vuelto viral en Argentina, es una muestra más del vínculo especial que une a Franco Pardo con la hinchada de Racing.
Más Allá del Gol: La Conexión Emocional con los Fanáticos
Franco Pardo, llegado a Racing hace apenas un mes, se ha ganado rápidamente el cariño de la afición. Su gol agónico que clasificó al equipo a cuartos de final de la Copa Libertadores lo convirtió en un ídolo instantáneo. Pero más allá de su actuación en el campo de juego, el joven defensor ha demostrado tener una conexión especial con los fanáticos de la Academia.
Ese vínculo emocional se hizo evidente cuando, después del partido, Pardo tuvo que ser ayudado por los hinchas a empujar su camioneta. Lejos de sentirse avergonzado, el jugador aceptó la ayuda de los aficionados con una sonrisa, demostrando su humildad y cercanía con la gente que lo apoya.
Este tipo de gestos, que van más allá de lo puramente deportivo, son los que terminan convirtiendo a los jugadores en verdaderos ídolos para los fanáticos. Y en el caso de Franco Pardo, su noche de locura en la Copa Libertadores lo ha catapultado a la gloria en el corazón de los hinchas de Racing.
