La tragedia ocurrida en la mina El Teniente de Codelco ha tenido un impacto económico devastador para la empresa estatal chilena. Según ha revelado el presidente ejecutivo de Codelco, Rubén Alvarado, las pérdidas proyectadas por la paralización de las operaciones en esta división ascienden ahora a US$350 millones, una cifra significativamente mayor a los US$300 millones estimados inicialmente.
Alvarado explicó ante la Comisión de Minería y Energía del Senado que este impacto global al margen neto de la división y la Corporación se debe a una menor producción de cobre estimada en 33.000 toneladas métricas, así como a una caída en los ingresos por ventas de cobre de US$233 millones y menores gastos variables de US$88 millones.
Retorno gradual y riguroso a las operaciones
Tras el fatal derrumbe en el sector Andesita, que cobró la vida de seis trabajadores, las faenas mineras en la división El Teniente se mantuvieron suspendidas durante varios días. Ahora, Codelco está realizando un retorno gradual a las operaciones, el cual incluye una serie de medidas de seguridad exhaustivas, como respaldos técnicos, jornadas de reflexión al inicio de cada turno, y un chequeo completo de la habitabilidad de las zonas al interior de la mina, todo ello validado por el Sernageomin y la Dirección del Trabajo.
Sin embargo, el vicepresidente de Operaciones, Mauricio Barraza, confirmó que las áreas de Andesita y Recursos Norte no volverán a los trabajos de momento, al menos hasta que se terminen las investigaciones correspondientes. Por el momento, Codelco seguirá operando el lado sureste del yacimiento.
Seguridad por encima de la producción
El presidente del directorio de Codelco, Máximo Pacheco, enfatizó que ningún objetivo productivo estará jamás por sobre la seguridad y el cuidado de los trabajadores. En palabras de Alvarado, «en Codelco no existe dilema entre producción y seguridad», y por ello están ejecutando un proceso de reinicio paulatino, riguroso y bajo estrictos criterios de seguridad.
Esta tragedia ha llevado a Codelco a reflexionar profundamente sobre sus prioridades y a reafirmar su compromiso inquebrantable con la seguridad y el bienestar de su fuerza laboral, incluso si ello implica asumir un impacto económico sin precedentes.
La minera estatal chilena enfrenta un desafío monumental, pero su determinación por anteponer la seguridad a cualquier objetivo productivo demuestra su sólido liderazgo y su inquebrantable compromiso con sus trabajadores y la comunidad.