Raquel Argandoña, la conocida animadora de televisión, ha revelado los hechos que se esconden detrás del robo de su lujoso reloj durante un viaje desde Aruba. Tras el revuelo que causó su airada reacción a bordo del avión, donde gritó «¡No voy a perder 20 millones, ladrones!», Argandoña ha compartido su versión de los acontecimientos.
Según la comunicadora, todo comenzó cuando tuvieron que hacer un cambio de terminal en el aeropuerto de Panamá, con apenas 15 minutos para abordar el siguiente vuelo. Durante el control de seguridad, Argandoña relata que la funcionaria le pidió que guardara su Rolex, que había adquirido en Dubái por su 60th cumpleaños. Aunque su equipaje pasó sin problemas, a ella la hicieron pasar tres veces por el detector de metales, lo que encendió sus sospechas.
«Me revisa y empieza con el cuento ‘palmas arriba, palmas abajo’, yo he viajado muchas veces y nunca me habían hecho el ‘palmas arriba, palmas abajo'», explicó Argandoña. Pese a ofrecer quitarse las pulseras para agilizar el proceso, la funcionaria se negó y continuó revisándola hasta que finalmente pudieron abordar el vuelo.
Fue al sentarse en el avión cuando Argandoña se percató de que su Rolex había desaparecido. Tras una exhaustiva búsqueda en sus pertenencias, le informó a la auxiliar de vuelo sobre el robo. En ese momento, le plantearon la opción de continuar el viaje y hacer la denuncia a su llegada a Chile, o bien bajarse del avión y pagar una multa, opción que eligió.
«No son ustedes, pero el personal roba», le señaló Argandoña al funcionario del aeropuerto de Panamá.
Ya en la aduana, Argandoña y un productor exigieron ver las cámaras de seguridad, convencidos de que el personal del aeropuerto había sustraído el reloj durante la revisión. Fue entonces cuando, al pasar nuevamente sus pertenencias por la banda, lograron identificar el Rolex dentro de la cartera de Argandoña.
«Me tiritaba todo, pero yo nunca lloré ni nada (…) Yo estaba segura de que dejé el Rolex en mi cartera, y revisamos todo en el avión», detalló la animadora, convencida de que el personal de aduana había extraído el valioso accesorio de su bolso durante la exhaustiva revisión.
Este incidente ha puesto en evidencia los desafíos que enfrentan los viajeros en los aeropuertos, donde la seguridad y la confianza pueden verse comprometidas. La experiencia de Raquel Argandoña sirve como un llamado a la atención sobre la necesidad de mejorar los protocolos y la supervisión en estos espacios, para garantizar la seguridad y el respeto a los pasajeros.