La comunidad boxística de Japón se encuentra en shock tras la trágica pérdida de dos de sus jóvenes promesas, Shigetoshi Kotari y Hiromasa Urakawa, quienes fallecieron con apenas 11 horas de diferencia después de participar en una misma velada de boxeo el pasado 2 de agosto en el Korakuen Hall de Tokio.
Ambos púgiles, de 28 años de edad, sufrieron un desenlace similar: fueron internados con el diagnóstico de hematoma subdural agudo tras sus respectivos combates. Kotari, quinto clasificado en la división superpluma de la región Oriental Pacific, disputó el título de la Federación de Boxeo Oriental y del Pacífico (OPBF) ante Yamato Hata. Tras 12 asaltos, la pelea terminó en empate, pero Kotari se desplomó en el vestuario y fue trasladado de urgencia a un hospital, donde fue sometido a una craneotomía sin poder recuperarse. Su deceso se confirmó el viernes 8 de agosto a las 22:59, hora local.
Por su parte, Urakawa, cuarto en el ranking nacional de peso ligero, se enfrentó a Yoji Saito en un combate eliminatorio por el título japonés. Fue derribado en el octavo asalto por un golpe de derecha y perdió por nocaut técnico. Aún consciente, se desvaneció durante el traslado al hospital y también fue operado de urgencia, pero murió el sábado 9 de agosto a las 22:31.
Desde la Organización Mundial de Boxeo (OMB) lamentaron ambas pérdidas, recordando a Kotari y Urakawa como «guerreros en el ring» y enviando condolencias a sus familias y equipos. Por su parte, la Comisión Japonesa de Boxeo (JBC) confirmó que ambos boxeadores fueron atendidos inmediatamente después de sus combates, sin dar más detalles sobre el proceso médico.
Urakawa, oriundo de Katsushika, Tokio, había debutado en 2018 y fue nombrado «Novato del Año» de peso ligero en 2019. Kotari, graduado en la Universidad Nihon, pertenecía al gimnasio de Sagamihara, donde entrenaba junto al campeón mundial Junto Nakatani. Sin duda, una trágica noche que ha conmocionado al mundo del boxeo japonés.
