En un giro controvertido, el Museo Nacional de Historia de Estados Unidos, que forma parte del complejo Smithsonian, ha decidido eliminar de su exhibición los dos intentos de destitución (impeachment) del expresidente Donald Trump. Esta decisión se produce después de que la Casa Blanca ejerciera fuertes presiones sobre la institución.
La sección de la galería que recogía los intentos de cese de mandatarios ya no incluirá el nombre de Trump. Según una fuente familiarizada con los planes, este cambio se debe a una «revisión del contenido» a la que el Smithsonian accedió tras la amenaza de la Casa Blanca de destituir a una directiva del museo.
Ahora, la exhibición volverá a su aspecto de 2008, que solo recoge los intentos de «impeachment» de los expresidentes Andrew Johnson, Richard Nixon y Bill Clinton. El Smithsonian asegura que una futura actualización incluirá todos los juicios políticos, pero por ahora ha cedido a las presiones del expresidente Trump.
Un Patrón de Interferencia Política
Esta no es la primera vez que Trump ha intentado influir en el trabajo del Smithsonian. Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, el exmandatario ha puesto en su punto de mira a la institución, amenazando con dejar de financiar sus programas por considerar que promueven «el adoctrinamiento».
Además, Trump ha despedido a directivos de otros museos y centros culturales que forman parte del Smithsonian, como la National Portrait Gallery y el Centro Kennedy, por no compartir su visión «de una edad de oro en las artes y la cultura». Incluso llegó a destituir a miembros del patronato del Museo del Holocausto de EE.UU., que no pertenece al Smithsonian.
Implicaciones y Preocupaciones
Este borrón de la historia reciente plantea serias preocupaciones sobre la independencia y la integridad de las instituciones culturales y museísticas. La eliminación de los intentos de destitución de Trump sugiere un peligroso precedente de interferencia política en la preservación de la memoria histórica.
Expertos temen que este tipo de acciones puedan erosionar la confianza del público en la capacidad del Smithsonian para presentar una narrativa histórica objetiva y completa. Algunos consideran que ceder a las presiones del expresidente podría sentar un precedente que aliente a futuros mandatarios a intentar manipular la historia a su conveniencia.
A medida que el Smithsonian se prepara para una «futura y actualizada exhibición» que incluya todos los juicios políticos, quedará por ver si podrá mantener su independencia y su compromiso con la preservación de la verdad histórica.