13.9 C
Santiago
sábado, agosto 2, 2025

Minería Profunda en Zonas Geológicamente Activas: Lecciones Aprendidas y Desafíos Persistentes

Noticias más leídas

Quince años después del trágico accidente en la mina San José, la industria minera enfrenta desafíos persistentes en la gestión de la seguridad, especialmente a medida que las operaciones se desplazan hacia zonas geológicamente más complejas.

El colapso en San José reveló una falla en la supervisión técnica sobre una estructura geológica conocida, donde la falta de un monitoreo adecuado y de medidas de sostenimiento apropiadas desencadenaron el desastre. Desde entonces, el marco regulatorio ha evolucionado, con mayores exigencias de inspección, estabilidad y equipos técnicos permanentes en las faenas.

Nuevos Desafíos en Minería Profunda

Sin embargo, los retos han cambiado. Hoy, la disminución de las leyes minerales y el agotamiento progresivo de sectores tradicionalmente estables han desplazado las operaciones hacia zonas estructuralmente más complejas, como es el caso de Andesita.

Proyectos como El Teniente enfrentan dificultades geotécnicas al acceder a zonas con mayores niveles de fracturamiento, esfuerzos históricos y heterogeneidad estructural. Estas condiciones exigen modelos de sostenimiento adaptativos, caracterización continua de macizos y una interpretación dinámica del comportamiento de la roca.

Tecnología como Respuesta, pero no como Solución Definitiva

La tecnología incorporada, como fortificación mecanizada, hidrofracturamiento controlado y piques verticales con maquinaria especializada, responde a esta necesidad. Sin embargo, el reciente evento en El Teniente demuestra que incluso con estos recursos, el riesgo no se elimina.

Las minas profundas operan en contextos donde los esfuerzos inducidos y la redistribución de cargas son altamente sensibles a las excavaciones. En zonas de montaña, los macizos han estado sometidos a procesos orogénicos que alteran su comportamiento mecánico en relación con ambientes planos o estables. Esto obliga a replantear las metodologías de análisis y monitoreo.

Lecciones de Andesita y el Camino Hacia una Minería Más Segura

Las soluciones tecnológicas actuales permiten capturar señales de advertencia a través de sensores de convergencia, mediciones sísmicas locales y sistemas automatizados. Sin embargo, la eficacia de estas herramientas depende de la integración de datos con capacidad de respuesta operativa.

Chile posee una normativa comparable con países de tradición minera, y las herramientas están disponibles. Pero los incidentes, tanto en 2010 como ahora, muestran que el principal factor de riesgo persiste cuando se relaja el control técnico o se omite la vigilancia sistemática del entorno subterráneo.

El análisis de fallas recientes debe guiar el fortalecimiento de la geomecánica como disciplina aplicada, consolidando una capacidad nacional capaz de modelar el comportamiento de rocas en ambientes de alta deformación, integrando datos sísmicos, estructurales e hidrogeológicos.

La minería en cordillera presenta condiciones que no se pueden replicar con exactitud en otras regiones. Por lo tanto, es necesario desarrollar soluciones desde el conocimiento local, utilizando estándares internacionales como referencia, pero adaptados a la complejidad del entorno andino.

Andesita no es un retroceso técnico, sino una señal de alerta sobre los límites del conocimiento aplicado cuando se trabaja en estructuras geológicamente activas. El control del riesgo en minería profunda no se resuelve con inversión, sino con análisis predictivo, revisión permanente de modelos geotécnicos y aplicación estricta de criterios de estabilidad.

San José enseñó las consecuencias de operar sin supervisión suficiente. Andesita confirma que incluso con tecnología avanzada, el criterio geológico sigue siendo el principal factor de prevención.

Mas Noticias

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias