En un hito histórico para Chile, el presidente Gabriel Boric promulgó la nueva Ley de Adopción, la cual busca garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes, especialmente su derecho a vivir en familia y a ser escuchados. Esta normativa representa un avance significativo al equiparar las posibilidades de adopción para matrimonios, personas solteras y parejas con acuerdo de unión civil, siempre priorizando el interés superior de los menores.
Fin a los Prejuicios
Según Boric, esta ley «termina con los prejuicios, porque el amor es amor, independiente de la familia que se tenga». Esto significa que la selección de la familia adoptante se basará únicamente en el bienestar del niño, sin discriminar por el estado civil o la orientación sexual de los solicitantes.
Vínculo con la Familia de Origen
Otra innovación clave de la ley es la posibilidad de que el menor adoptado mantenga contacto con su familia de origen. Además, se establecen plazos acotados para evaluar la posibilidad de reunificación familiar, con el objetivo de priorizar este vínculo siempre que sea viable.
Familias de Acogida como Adoptantes
La nueva normativa también abre la puerta para que familias de acogida que han cuidado de un niño, niña o adolescente por al menos 18 meses ininterrumpidos puedan solicitar su adopción, brindando estabilidad y continuidad en el hogar del menor.
Un Paso Histórico
Al promulgar esta ley, Boric afirmó que el Estado de Chile no estaba cumpliendo con su deber primordial de garantizar el bienestar de los niños y niñas más vulnerables. «Esta ley pone en el centro de los procedimientos de adopción el derecho de los niños y niñas de vivir en familia», destacó el mandatario, celebrando el trabajo conjunto entre la política y la sociedad civil para hacer realidad este cambio.