En un movimiento que podría tener un impacto significativo en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Corea del Sur, el presidente Donald Trump ha anunciado que ambos países han llegado a un acuerdo para rebajar los aranceles a las importaciones surcoreanas del 25% al 15%.
Según Trump, este nuevo pacto también contempla que Corea del Sur invierta 350.000 millones de dólares en Estados Unidos y adquiera 100.000 millones de dólares en gas natural licuado y otros productos energéticos estadounidenses. Además, el país asiático se compromete a estar «completamente abierto» al comercio con Estados Unidos, facilitando la compra de automóviles y productos agrícolas norteamericanos.
Beneficios mutuos
Este acuerdo parece ser una victoria para ambas partes. Por un lado, Estados Unidos logra reducir los aranceles a sus exportaciones a Corea del Sur, lo que podría impulsar sus ventas en ese mercado. Por otro, Corea del Sur se asegura un mejor acceso al mercado estadounidense y se compromete a realizar cuantiosas inversiones y adquisiciones en suelo estadounidense, lo que podría generar empleos y actividad económica en Estados Unidos.
Contexto geopolítico
Este pacto comercial se produce en un momento de tensión geopolítica entre Estados Unidos y China, principal rival estratégico de Washington. Algunos analistas consideran que el acuerdo con Corea del Sur podría ser parte de una estrategia más amplia de Estados Unidos para fortalecer sus alianzas en Asia y contrarrestar la influencia china en la región.
Además, la rebaja arancelaria llega justo antes del plazo que Trump había impuesto para imponer aranceles unilateralmente a sus socios comerciales en caso de no llegar a acuerdos previos. Este pacto le permite evitar esa medida con uno de sus principales aliados asiáticos.
Implicaciones y próximos pasos
El acuerdo entre Trump y Corea del Sur abre la puerta a una mayor cooperación económica entre ambos países. Sin embargo, quedan por ver los detalles específicos del pacto y cómo se implementará en la práctica.
Trump y el presidente surcoreano, Lee Jae-myung, se reunirán en las próximas dos semanas en la Casa Blanca para formalizar este acuerdo, que podría sentar las bases para una relación comercial más estrecha entre Estados Unidos y Corea del Sur en los próximos años.
