Una ola de terror sacudió el sureste de Irán este sábado cuando un grupo suní extremista lanzó un ataque mortal contra la sede judicial de la ciudad de Zahedán. Al menos 6 personas perdieron la vida y 22 resultaron heridas en el violento incidente, que ha conmocionado a la nación.
Según los informes, tres asaltantes armados intentaron ingresar al edificio a primera hora de la mañana, pero fueron interceptados por las fuerzas de seguridad. En el enfrentamiento que siguió, uno de los atacantes murió, mientras que los otros dos huyeron y abrieron fuego indiscriminadamente contra los civiles que se encontraban en los alrededores. Finalmente, estos dos últimos también fueron abatidos por las autoridades.
Un ataque reivindicado por un grupo separatista
La responsabilidad del atentado fue asumida por Yeish al Adl, un grupo suní opuesto al régimen chií de Irán que busca la independencia de la provincia de Sistán y Baluchistán. Esta organización, considerada terrorista por el gobierno iraní, ya había llevado a cabo una serie de ataques coordinados contra la Guardia Revolucionaria y la Policía en la región el año pasado, dejando al menos 30 muertos.
Según el jefe de la justicia provincial, Ali Mavahedi Rad, los asaltantes llevaban chalecos explosivos, lo que convirtió este ataque en una acción particularmente brutal y despiadada. «Es un acto terrorista», declaró Mavahedi Rad, condenando enérgicamente el incidente.
Una zona conflictiva y porosa
La provincia de Sistán y Baluchistán, donde se ubica Zahedán, es una región mayoritariamente suní que ha sido escenario de tensiones y actividad extremista durante años. Además de los grupos separatistas, la zona también es conocida por albergar bandas de contrabandistas y narcotraficantes que se aprovechan de la porosidad de la frontera con Pakistán.
Este último ataque se suma a la larga lista de incidentes violentos que han sacudido a esta provincia, poniendo de manifiesto la fragilidad de la seguridad en la región y la necesidad urgente de abordar los problemas subyacentes que alimentan el extremismo y la inestabilidad.
Luto y condena en Irán
El atentado ha generado una ola de consternación y luto en todo Irán. Entre las víctimas mortales se encuentran un bebé de un año y una mujer de 60 años, lo que ha conmocionado aún más a la opinión pública. Autoridades y líderes religiosos han condenado enérgicamente el acto terrorista, exigiendo justicia y seguridad para la población.
Este nuevo episodio de violencia en Sistán y Baluchistán plantea serios desafíos para el gobierno iraní, que deberá redoblar sus esfuerzos para garantizar la estabilidad y la protección de los ciudadanos en esta región conflictiva y vulnerable.