En un descubrimiento alarmante, las autoridades de Macul se enfrentaron a una situación preocupante en una supuesta residencia geriátrica. Tras recibir una denuncia al número de emergencia 133, los funcionarios de la 46° Comisaría de Carabineros acudieron a un domicilio del Pasaje Los Gorriones, donde encontraron el cadáver de una adulta mayor en el interior de la vivienda.
Durante la inspección, los uniformados se percataron de la presencia de ocho adultos mayores bajo el cuidado de una mujer de nacionalidad colombiana, quien afirmó que el inmueble funcionaba como una residencia geriátrica. Sin embargo, la ausencia de documentación válida activó de inmediato los protocolos de las autoridades.
Operación Clandestina y Falta de Permisos
Ante esta situación, Carabineros inició un operativo multisectorial, notificando a la Inspección Municipal para levantar una infracción por la operación ilegal de la residencia. También informaron al Servicio de Salud y alertaron a la Fiscalía de Flagrancia Oriente sobre el hallazgo del cadáver.
Según el teniente Carlos Mena, comisario de la 46° Comisaría de Macul, la cuidadora no contaba con ningún tipo de permiso municipal o sanitario para operar la residencia. «Solamente una persona (…) carece de permisos», enfatizó el oficial.
Condiciones Precarias y Falta de Supervisión
La Seremi de Salud Metropolitana también se hizo parte del caso, constatando que la residencia carecía de una supervisión adecuada, ya que una sola persona atendía a los ocho adultos mayores. Esto evidencia las condiciones precarias en las que se encontraban los residentes.
Mientras tanto, los adultos mayores quedaron bajo custodia municipal, a la espera de que se regularice su situación. La Fiscalía también ordenó a la Sección de Investigación Policial (SIP) indagar sobre la eventual participación de terceros en el fallecimiento de la adulta mayor.
Lecciones Aprendidas y Llamado a la Acción
Este caso pone de manifiesto la importancia de contar con una supervisión y regulación adecuada de las residencias geriátricas, para garantizar la seguridad y el bienestar de los adultos mayores. Es crucial que las autoridades competentes refuercen los controles y exijan el cumplimiento de los permisos y requisitos necesarios para operar este tipo de establecimientos.
Solo así podremos evitar situaciones como esta, donde la falta de supervisión y la operación clandestina ponen en riesgo la vida y la dignidad de nuestros adultos mayores, un grupo vulnerable que merece ser protegido y cuidado con la máxima diligencia.
