En un mundo marcado por la violencia y la división, la historia del padre Gabriel Romanelli, un sacerdote argentino que sirve en la Franja de Gaza, es un faro de esperanza y resiliencia. Nacido en Buenos Aires y criado en Villa Luro, Romanelli ha dedicado su vida a acompañar a la comunidad católica en una de las zonas más conflictivas del planeta.
Cercano al fallecido papa Francisco, Romanelli mantenía un diálogo constante con el sumo pontífice, quien se interesaba profundamente por la situación de los cientos de desplazados que encontraban refugio en la sencilla Iglesia de la Sagrada Familia, el único templo católico en Gaza. Francisco conocía a los feligreses por su nombre y hablaba con los niños a través de los altavoces, creando un vínculo único con esta comunidad.
Un Ataque Devastador
Lamentablemente, este jueves la Iglesia de la Sagrada Familia fue blanco de un mortal ataque por parte del Ejército israelí, que dejó un saldo de 4 personas fallecidas y 7 heridas, entre ellas el propio padre Romanelli, quien resultó levemente herido en una pierna. Este hecho se suma a un incidente ocurrido en diciembre de 2023, cuando un francotirador israelí abrió fuego contra la parroquia, matando a una madre y a su hija.
Pese a los peligros, el padre Romanelli se ha mantenido firme en su misión de brindar asistencia y esperanza a la comunidad. Desde 1995, este sacerdote argentino ha recorrido un largo camino, pasando por Egipto, Jordania y Cisjordania, antes de llegar a Gaza en 2005 y convertirse en el párroco de la Iglesia de la Sagrada Familia.
Una Vida Dedicada al Servicio
Además de su labor pastoral, Romanelli ha sido un incansable promotor de la educación y la salud en la Franja de Gaza. Bajo su liderazgo, se han establecido tres escuelas con alumnado mayoritariamente musulmán, once clínicas (algunas de las cuales tuvieron que cerrar tras ataques de Hamás), un centro de formación profesional para jóvenes cristianos y otro para niños con «piel de mariposa».
En medio de la violencia y la inestabilidad, el padre Romanelli se ha convertido en un símbolo de esperanza y resiliencia para su comunidad. Su compromiso inquebrantable con la paz y la justicia lo ha llevado a enfrentar los peligros de primera línea, convirtiéndolo en un verdadero ejemplo de fe y servicio.
Un Llamado a la Paz
Ante este último ataque, el Gobierno argentino, liderado por el presidente Javier Milei, ha expresado su «preocupación» y ha llamado al «pronto restablecimiento de las condiciones que permitan la paz y la seguridad en la región». Asimismo, ha reafirmado su compromiso con la «protección de los lugares de culto, del personal religioso y con el respeto a la libertad de religión».
En un momento en que la violencia parece dominar los titulares, la historia del padre Gabriel Romanelli nos recuerda que la esperanza y la compasión pueden florecer incluso en los lugares más oscuros. Su ejemplo nos inspira a buscar la paz y a defender los derechos de todos, sin importar las divisiones o los conflictos que nos rodeen.