En un momento de alta tensión en el programa Mucho Gusto, el periodista José Antonio Neme protagonizó un apasionado descargo contra la clase política por su falta de acción ante la grave situación de agresiones a inspectores municipales en el Barrio Meiggs.
Los hechos ocurrieron cuando grupos de funcionarios fueron atacados con fierros y expulsados por comerciantes ilegales, generando gran conmoción pública. Neme, visiblemente molesto, cuestionó duramente la inacción de los políticos:
«¡Porque ningún político va a comprar ahí! Los políticos de mierda que están en Valparaíso van a comprar a Vitacura, a la vuelta de mi casa. Como ellos compran ahí, no viven la realidad de la gente que compra en Estación Central».
El periodista continuó su descargo, afirmando que «Tenemos una clase política floja y fresca de raja. No hay sentido de urgencia ni eficiencia para trabajar».
Falta de Atribuciones para Inspectores
Durante la discusión, el Director de Seguridad Municipal de Santiago, Arturo Urrutia, señaló que aún no se aprueba la ley de atribuciones para los inspectores municipales, lo que desató aún más la indignación de Neme.
«¡Porque ningún político va a comprar ahí! Como ellos compran en Vitacura, no viven la realidad de la gente que compra en Estación Central», expresó el periodista, visiblemente ofuscado.
Responsabilidad Individual y Consecuencias
Neme también abordó el tema de la responsabilidad individual y las consecuencias de las acciones violentas:
«Yo no estoy por la gente que anda disparando en la calle ni nada. No abogo por la cultura de la muerte, pero hay conductas que son inadmisibles, y uno es responsable de su integridad física. Si yo he tomado la decisión de empujar a un agente de seguridad, si he decidido tomar esa pulsión, tendré que aceptar las consecuencias».
El periodista dejó en claro que, si bien no apoya la violencia, las agresiones a los funcionarios públicos son inaceptables y deben tener consecuencias.
La indignación de Neme refleja la frustración de muchos ciudadanos que ven cómo la clase política parece ignorar los problemas que afectan a la gente común. Su llamado a la acción y a la responsabilidad individual es un eco de la necesidad de un cambio real en la forma en que se abordan estos desafíos.