En Argentina, la falta de placas de matrícula para los vehículos 0km se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza. Debido a problemas de suministro y cambios en la administración, los conductores se ven obligados a utilizar una simple hoja de papel en el parabrisas para identificar sus automóviles nuevos.
Más de 600.000 vehículos circulan con papeles provisorios, lo que plantea serios desafíos en términos de seguridad vial y aplicación de la ley. Sin una placa de matrícula visible, resulta prácticamente imposible identificar a los vehículos involucrados en incidentes de tránsito, como accidentes o infracciones.
Causas de la escasez de placas
La escasez de placas de matrícula en Argentina se remonta a 2023, durante el gobierno de Alberto Fernández, cuando hubo problemas de suministro para su producción. Desde entonces, la situación se ha agravado por la intervención y posterior cierre de la Casa de Moneda, la única empresa pública encargada de fabricarlas.
Otro factor que ha influido es el cierre de cientos de registros automotores en todo el país, una medida tomada por el Ministerio de Justicia con el objetivo de «desarmar la burocracia» y dar a los propietarios más libertad para tramitar sus certificados.
Flexibilización de requisitos
Ante la creciente demanda de placas y la necesidad de los argentinos de viajar al exterior, el Gobierno se ha visto obligado a flexibilizar los requisitos. Ahora se permite la salida del país con la «Constancia de Documentación Dominial Asignada», un documento digital que acredita el número de dominio y permite la circulación en países limítrofes.
Además, se ha autorizado el uso de la patente de papel por 180 días, con la posibilidad de renovarla mientras se espera la placa definitiva.
Problemas sin resolver
La falta de placas de matrícula genera una serie de problemas sin resolver. En caso de incidentes de tránsito, resulta prácticamente imposible identificar a los vehículos involucrados, lo que dificulta la aplicación de sanciones y el reclamo de las aseguradoras. Además, la hoja de papel es vulnerable a daños y no puede ser captada por las cámaras de seguridad.
A pesar de los «parches» implementados, la demanda de placas sigue siendo constante, y el Gobierno argentino deberá encontrar una solución definitiva para este desafío que afecta la seguridad vial y la identificación de vehículos en el país.