La relación entre Rusia y Azerbaiyán se ha visto envuelta en una creciente tensión diplomática tras la detención de dos periodistas rusos en Bakú. El Ministerio de Exteriores de Rusia exigió la «liberación inmediata» de Ígor Kartavij y Yevgueni Beloúsov, corresponsales de la agencia de noticias Sputnik, detenidos el día anterior en la capital azerbaiyana.
Según la nota verbal entregada al embajador azerbaiyano en Moscú, Rajmán Mustafáev, Rusia protestó por las «últimas acciones hostiles de Bakú» y las medidas adoptadas por el país caucásico para «desmantelar las relaciones bilaterales». Moscú considera que los intentos de Azerbaiyán de acusar a las fuerzas de seguridad rusas de excederse en el ejercicio de sus funciones representan una injerencia en los asuntos internos de la Federación Rusa.
El detonante del conflicto
El escándalo entre Rusia y Azerbaiyán, que firmaron un tratado de alianza en 2022, se desató tras una operación policial rusa en la ciudad de Yekaterimburgo (Urales) en la que murieron dos azerbaiyanos étnicos y otros seis fueron detenidos. Según el Kremlin, las diligencias se enmarcan en la investigación de unos asesinatos cometidos entre 2001 y 2011, y todos los detenidos son ciudadanos rusos.
Sin embargo, Bakú denuncia que los fallecidos durante la operación, que también eran ciudadanos azerbaiyanos, fueron torturados en custodia en Rusia. Por ese motivo, las autoridades azerbaiyanas iniciaron un caso penal y crearon un grupo especial para investigar lo ocurrido en territorio ruso.
Acusaciones cruzadas
Mientras Rusia exige la liberación de los periodistas detenidos en Azerbaiyán, el Kremlin confía en que a través de contactos directos con Bakú se pueda lograr su puesta en libertad en un futuro próximo. No obstante, las autoridades azerbaiyanas han acusado a los corresponsales de Sputnik de actuar como agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso, extremo que aún no ha sido confirmado.
En medio de esta disputa diplomática, ambos países parecen estar enfrascados en una guerra de acusaciones por injerencia en asuntos internos y excesos policiales. La resolución de esta crisis bilateral dependerá de la capacidad de Rusia y Azerbaiyán para reestablecer la confianza y el diálogo en un momento de creciente tensión geopolítica.