En un giro inesperado de los acontecimientos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intervenido enérgicamente para exigir que tanto Israel como Irán respeten el cese al fuego que él mismo había anunciado recientemente.
Tras conocerse que ambos países se habían acusado mutuamente de violar el alto el fuego apenas unas horas después de su entrada en vigor, Trump expresó su frustración y decepción. «¡ISRAEL NO VA A ATACAR A IRÁN!», escribió en su red social Truth Social. «Todos los aviones darán la vuelta y regresarán a casa, mientras realizan un saludo amistoso a Irán. ¡Nadie resultará herido, el alto el fuego está en vigor!».
Llamado a la Calma
En declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, Trump se mostró muy crítico con las acciones de ambos países. «No estoy muy contento con Israel, estoy muy descontento, aunque tampoco estoy contento con Irán», expresó. «Tenemos a dos países que han estado peleando durante tanto tiempo y tan duro que ya no saben qué diablos están haciendo».
El mandatario estadounidense instó a Israel a que «¡Necesitan calmarse ya!» y ordenara el regreso de sus aviones, que según él, habían «descargado (bombas) justo después del acuerdo». Asimismo, advirtió a Irán que «¡JAMÁS RECONSTRUIRÁ SUS INSTALACIONES NUCLEARES!».
Mediación Frustrada
La intervención de Trump se produce después de que el presidente anunciara el día anterior un acuerdo de cese al fuego entre Israel e Irán, tras 12 días de hostilidades. Sin embargo, ambos países se acusaron mutuamente de violar el alto el fuego apenas unas horas después de su entrada en vigor.
Parece que los esfuerzos de mediación del mandatario estadounidense han sido en vano por ahora, y que la tensión entre Israel e Irán sigue sin resolverse. Trump ha dejado claro que espera que ambos países respeten el acuerdo de alto el fuego, pero su llamado a la calma aún no ha sido escuchado.
¿Logrará Trump convencer a Israel e Irán de que depongan sus diferencias y cumplan con el cese al fuego? El futuro de la delicada situación en Oriente Medio dependerá en gran medida de la capacidad del presidente estadounidense para mediar entre estos dos adversarios históricos.