La relación entre Claudio Bravo, exarquero de la selección chilena, y Julio Rodríguez, quien fuera su formador, atraviesa su momento más tenso. Tras décadas de una cercanía casi familiar, hoy ambos se encuentran distanciados por completo, y Rodríguez ha roto el silencio para revelar los detalles del quiebre.
En una entrevista con En Cancha Prime, el preparador de guardametas explicó que todo comenzó cuando ambos decidieron iniciar unas clínicas deportivas en Chile, un proyecto que, según Rodríguez, él diseñó desde cero a partir de una inquietud del propio Bravo cuando militaba en el FC Barcelona.
El proyecto de las clínicas deportivas
«Me dijo que quería hacer algo especial en su complejo. Yo tomé esa inquietud y la organicé con todo lo que había aprendido afuera. Hicimos una clínica para 80 arqueros, algo que nunca se había hecho en Chile», explicó Rodríguez.
Según el entrenador, el objetivo de estas clínicas era «motivar, especialmente, a los niños. En Chile no tenemos una cultura fuerte de formar arqueros, como sí la tienen los argentinos, por ejemplo. Entonces, había que hacer algo distinto. Claudio estaba en lo correcto con esa visión«, añadió.
El quiebre y las acusaciones
Sin embargo, todo cambió tras un viaje de Rodríguez a Estados Unidos. «Dejó de llamarme. Nunca más me contactó. Y siguió haciendo las clínicas con el mismo método, pero sin mí. Y eso duele», confesó el formador.
Rodríguez asegura que el bicampeón de América con La Roja utilizó su programa sin autorización ni reconocimiento, lo que considera una falta de respeto. «Está lucrando con algo que armamos juntos, basado en mis conocimientos. Y nunca se me reconoció ni se me pidió permiso», aseveró.
«Me duele más por el vínculo que teníamos. Lo conocí a los 12 años, caminamos juntos en lo deportivo. Éramos familia… No quiere hablar conmigo. Y yo no entiendo por qué. Nunca me dijo qué pasó, nunca se despidió, nunca me dio una razón. Simplemente dejó de llamarme», dijo Rodríguez con pesar.
¿Una posible demanda?
Aunque ha consultado con abogados sobre una eventual demanda, Rodríguez admite que le cuesta dar ese paso: «Sería justo, pero me cuesta mucho llegar a eso… No lo entiendo. Nunca me explicó por qué se alejó…No me merezco esto. Di todo por él», sentenció.
La ruptura entre estos dos hombres que alguna vez fueron como familia es sin duda un triste desenlace, marcado por disputas de negocios y falta de comunicación. ¿Podrán algún día limar asperezas y recuperar su estrecha relación?
