En una nueva escalada de la tensión entre Irán e Israel, los ataques lanzados por Irán sobre territorio israelí en la madrugada de este sábado han dejado al menos 13 personas heridas, dos de ellas en estado «grave» y «crítico», según informó el cuerpo de emergencias Magen David Adom (MDA).
Un misil iraní cayó en una zona residencial de las llanuras costeras israelíes, donde el MDA se encuentra brindando atención médica a los afectados. Entre los heridos se encuentra un hombre de 30 años en estado crítico y otro de 45 años en estado grave. Además, reportaron una mujer de 50 años en estado «moderado a severo» y otras diez personas con heridas de «leve a moderado» nivel.
Estos nuevos ataques se suman a la cuarta oleada de misiles lanzados por Irán sobre Israel en la madrugada, que golpeó especialmente a Tel Aviv y su zona metropolitana. La Policía israelí también confirmó estar respondiendo a un ataque de misil en el Distrito Central, la región que rodea Tel Aviv, con «aparentes heridos en un edificio».
Represalia por los ataques israelíes
Estos ataques iraníes son una clara represalia por la extensa ofensiva lanzada por Israel el pasado viernes contra centros y personal nuclear y militar del país persa, que dejó alrededor de 70 personas muertas e impactó en algunas plantas de enriquecimiento de uranio iraníes.
Por su parte, medios iraníes también reportaron varias explosiones que golpearon distintos puntos de Teherán, entre ellos su aeropuerto, sin que haya una confirmación oficial de que se traten de ataques israelíes. La espiral de violencia entre estos dos países parece lejos de detenerse.
Implicaciones geopolíticas y humanitarias
Esta escalada de ataques cruzados entre Irán e Israel tiene graves implicaciones geopolíticas y humanitarias. Por un lado, aumenta la tensión regional y el riesgo de una confrontación militar a gran escala. Por otro, el sufrimiento de la población civil, con decenas de heridos y posibles víctimas mortales, es inaceptable.
Expertos en la región advierten que es crucial que ambos países detengan esta espiral de violencia y busquen una solución diplomática que reduzca las tensiones y evite más derramamiento de sangre. La comunidad internacional deberá intervenir para mediar y encontrar una salida pacífica a este conflicto.