La escalada de tensiones entre Israel e Irán ha desatado una crisis en los mercados energéticos globales. Tras la confirmación de ataques israelíes contra objetivos iraníes, los precios del petróleo han experimentado una fuerte alza, generando temores sobre posibles interrupciones en el suministro de energía desde la región de Medio Oriente.
Los futuros del crudo West Texas Intermediate (WTI), referencia en Estados Unidos, llegaron a escalar hasta un 14% en momentos puntuales. Al cierre del jueves, el WTI cotizaba con una subida del 9,4%, situándose en 74,45 dólares por barril. Por su parte, el Brent, el crudo de referencia para Chile y a nivel internacional, registró ganancias máximas del 13%, cerrando con un avance del 8,9% a 75,5 dólares el barril.
Riesgo geopolítico y logístico
Según el análisis de Warren Patterson, jefe de estrategia de materias primas de ING, «esto ha elevado significativamente la incertidumbre geopolítica» en la región. El experto señaló que esta situación «requiere que el mercado del petróleo descuente una prima de riesgo más alta por cualquier posible interrupción del suministro».
Irán, cuarto mayor productor de petróleo dentro de la OPEP, ha emitido repetidas amenazas de cerrar el estratégico Estrecho de Ormuz, una ruta clave para el transporte global de petróleo y gas. Patterson enfatizó que «desafortunadamente, no hay una ruta alternativa», y que el eventual cierre de Ormuz «dejaría el mercado mundial de GNL extremadamente ajustado, empujando los precios del gas europeo significativamente más altos».
Impacto económico más amplio
Un incremento sostenido en los precios de la energía tendría repercusiones económicas más amplias. Este escenario podría impulsar la inflación y aumentar los precios en un contexto de mayor incertidumbre económica, agravada por los aranceles a las importaciones impuestos por el presidente Donald Trump.
La crisis energética desatada por el conflicto entre Israel e Irán pone de manifiesto la fragilidad de los mercados globales y la necesidad de una mayor diversificación y resiliencia en el suministro de recursos estratégicos. A medida que se desarrollen los acontecimientos, será crucial monitorear el impacto económico y geopolítico a nivel mundial.