La industria minera en Chile ha experimentado importantes avances en materia de sustentabilidad, pero aún queda un eslabón clave por fortalecer: la inclusión de los proveedores locales. Antiguamente, los proyectos mineros se enfocaban únicamente en generar ingresos, sin considerar el impacto en el Estado, el medio ambiente y las comunidades. Esto dejó un legado de pasivos ambientales y sociales enormes.
Sin embargo, los tiempos han cambiado. Hoy en día, los estándares de sustentabilidad en la minería exigen una responsabilidad social, tributaria y ambiental mucho más rigurosa. Organismos internacionales como el International Council on Mining and Metals (ICMM) han establecido que el crecimiento económico no puede lograrse a expensas de las personas o el planeta.
La Integración de los Proveedores Locales, Clave para la Minería Sustentable
Una minería verdaderamente sustentable debe ir más allá de las donaciones y la contratación directa. Debe lograr una integración real y efectiva de los proveedores locales en la cadena de suministro. Estos proveedores, al estar arraigados en sus territorios, tienen un mayor potencial de generar valor agregado dentro de sus propias comunidades, en contraste con las grandes corporaciones foráneas.
El Principio N°09 del ICMM
Según el Principio N°09 del ICMM, denominado «Desempeño Social», los proyectos mineros deben otorgar oportunidades reales de contratación a los proveedores locales. Este mismo estándar es exigido por organizaciones financieras internacionales como la International Finance Corporation (IFC), que señala que los proyectos mineros deben estar completamente integrados con la economía local y regional.
Transparencia y Visibilidad del Impacto Social
Para fortalecer la licencia socioambiental de la industria minera, es fundamental transparentar los índices, porcentajes y cifras reales del desempeño social de cada proyecto. Así como se ha dado seguimiento a otros pilares clave de la sustentabilidad, como la protección del medio ambiente o la inclusión femenina y laboral, también debe evaluarse y visibilizarse el impacto social en el crecimiento de los proveedores mineros locales.
De esta manera, evitaremos retroceder a escenarios del pasado, donde la riqueza generada por los recursos minerales se concentraba en cuentas bancarias internacionales de grandes empresas o conglomerados extranjeros, sin generar un verdadero desarrollo en las comunidades locales.
