Los Indiana Pacers han dado un gran paso hacia la conquista de su primer anillo de la NBA al vencer por 116-107 a los Oklahoma City Thunder en el tercer partido de las Finales. Este triunfo en casa les coloca con ventaja de 2-1 en la serie, rompiendo además una racha de 25 años sin ganar un partido de Finales en su pista.
La clave del éxito de los Pacers fue una excelente actuación colectiva, con varios jugadores destacando por encima del resto. Tyrese Haliburton estuvo a un paso del triple-doble con 22 puntos, 9 rebotes y 11 asistencias, mientras que Bennedict Mathurin salió desde el banquillo para anotar 27 puntos con un impresionante 9 de 12 en tiros. T.J. McConnell también revolucionó el partido con 10 puntos, 5 asistencias y 5 robos, y Pascal Siakam fue el máximo anotador con 21 puntos y 6 rebotes.
La Defensa Contiene a Gilgeous-Alexander
Además de su efectividad ofensiva, los Pacers también destacaron por su sólida defensa, limitando a Shai Gilgeous-Alexander, MVP de la temporada, a 24 puntos con 9 de 20 en tiros y 6 pérdidas de balón, su peor registro en estos playoffs.
Por su parte, los Thunder se atascaron con 19 pérdidas de balón que dieron lugar a 21 puntos de los Pacers. Llegaron al último cuarto con ventaja gracias a un pobre 9 de 27 en triples de Indiana, pero los locales reaccionaron con un 61,9% en tiros de campo y un 3 de 5 en triples en el tramo final.
Reggie Miller, Inspiración desde las Gradas
Uno de los momentos más emotivos del partido fue la presencia en las gradas de Reggie Miller, leyenda de los Pacers y protagonista de aquella temporada 2000 en la que Indiana alcanzó las Finales por última vez antes de este año. Su sola presencia sirvió de inspiración para un equipo que busca romper su sequía de 25 años sin ganar el anillo de la NBA.
Ahora, los Pacers tienen la oportunidad de dar un gran paso hacia la conquista del campeonato en el cuarto partido, que se disputará este viernes en Indianápolis antes de que la serie se traslade a Oklahoma. Un 3-1 sería un resultado casi definitivo, ya que solo los Cleveland Cavaliers de LeBron James en 2016 han logrado remontar una desventaja de ese calibre en unas Finales de la NBA.