La fiebre por los bebés «reborn» ha generado una intensa tormenta mediática, social y legislativa en Brasil. Estos muñecos, confeccionados artesanalmente con silicona o vinilo, alcanzan un nivel de detalle asombroso, con venitas, lágrimas y hasta la capacidad de mamar y hacer pipí. Su uso se extiende desde madres que lidian con la pérdida de un hijo, hasta abogados que los utilizan en representaciones judiciales y personas que los coleccionan o los emplean en producciones audiovisuales.
En los últimos años, el mercado global de estos muñecos «reborn» ha crecido exponencialmente, alcanzando los 200 millones de dólares en 2024, según un análisis de Market Report Analytics. En Brasil, el fenómeno ha adquirido una dimensión aún mayor, con una joven de 21 años, Gabi Reborn, que cuenta con 1,3 millones de seguidores en su canal de YouTube, donde comparte sus rutinas de «mamá» con estos muñecos.
La Polémica en Torno a los Bebés «Reborn»
La actual controversia en Brasil se desató a raíz de un encuentro de coleccionistas de bebés «reborn» en un parque de São Paulo, donde se viralizaron videos de una representación de un parto «reborn», con la extracción de uno de estos muñecos de una «bolsa amniótica» y el cordón umbilical incluido. Este evento sacó a la luz un universo desconocido para la mayoría de la población, generando una explosión de debates en las redes sociales y los medios de comunicación.
«Se normalizan los hobbies masculinos, como los videojuegos, volar cometas, jugar a la pelota. Nadie dice que (los hombres) sean demasiado mayores para hacer estas cosas, pero las mujeres no pueden cuidar a sus muñecos sin que la gente piense que estamos enfermas»
, lamenta Gabi Reborn, la popular youtuber.
Perspectivas Encontradas
La polémica ha dividido a Brasil entre quienes consideran el coleccionismo de bebés «reborn» como un pasatiempo inofensivo y quienes lo perciben como un comportamiento preocupante. La psicóloga Viviane Cunha señala que el coleccionismo es normal, pero se convierte en un trastorno cuando genera perjuicios sociales, emocionales o económicos, como faltar al trabajo por creer que «el bebé tiene fiebre».
Por otro lado, Gabi Reborn denuncia un sesgo de género, argumentando que los hobbies masculinos se normalizan, mientras que las mujeres que cuidan de sus muñecos son vistas como enfermas.
Respuesta Legislativa
La controversia en torno a los bebés «reborn» ha llegado al ámbito legislativo en Brasil. Varios proyectos proponen desde ofrecer ayuda psicológica hasta sancionar a quienes utilicen estos muñecos para obtener, por ejemplo, una atención preferencial en los servicios públicos. Incluso, un diputado federal se presentó en el Congreso cargando una muñeca a la que llamó su «nieta», afirmando que jugar con ellas no era «ningún pecado».
Además, los concejales de Río de Janeiro intentaron crear el insólito «Día de la Cigüeña Reborn» para honrar a quienes fabrican estos bebés hiperrealistas, pero la propuesta fue rechazada por la autoridad.
La fascinación por los bebés «reborn» en Brasil ha desatado una tormenta de debate, con posturas encontradas entre quienes los ven como un hobby inofensivo y quienes los consideran un comportamiento preocupante. Esta controversia ha trascendido a las esferas legislativas, donde se busca regular y dar respuesta a este fenómeno que ha captado la atención del país.
