Cristina Fernández de Kirchner, la ex presidenta argentina que dominó la escena política del país durante dos décadas, ha sido condenada a seis años de prisión por corrupción. Esta sentencia, confirmada recientemente por la Corte Suprema, pone fin a una era turbulenta y polarizante en la historia argentina.
El Ascenso de una Estrella Política
Nacida en 1953 en La Plata, Cristina Fernández conoció a su futuro esposo, Néstor Kirchner, en la universidad mientras estudiaban Derecho. Tras casarse en 1975, la pareja se asentó en Río Gallegos, donde Kirchner inició su carrera política que lo llevaría a la Presidencia en 2003. Cristina, por su parte, comenzó su propio ascenso, siendo elegida diputada provincial en Santa Cruz a finales de los 80 y luego senadora nacional.
En 2007, Cristina Fernández sucedió a su esposo en la Presidencia, convirtiéndose en la primera mujer elegida por voto popular para comandar la Casa Rosada. Su carisma, elocuencia y habilidad estratégica le permitieron consolidar un poder casi hegemónico dentro del peronismo, el movimiento político dominante en Argentina.
El Apogeo y la Caída del Kirchnerismo
Durante sus dos mandatos (2007-2015), Cristina Fernández implementó políticas económicas heterodoxas y un discurso confrontativo que la convirtieron en una figura polarizadora. Si bien gozó de un amplio apoyo popular en sus inicios, el desgaste de su modelo político y económico terminó por debilitarla, llevando a la derrota del kirchnerismo en las elecciones de 2015.
Tras dejar la Presidencia, Cristina Fernández se reinventó como senadora, desde donde continuó tejiendo su estrategia política. Sin embargo, los problemas con la Justicia por denuncias de corrupción la alcanzaron, culminando en su condena a seis años de prisión en 2022, inhabilitándola para ocupar cargos públicos.
El Legado Complejo de Cristina Fernández
La figura de Cristina Fernández ha dejado una huella indeleble en la política argentina. Admirada por sus seguidores por su carisma y defensa del peronismo, pero odiada por sus detractores por su estilo confrontativo y las acusaciones de corrupción, su legado sigue siendo objeto de intenso debate.
Estar presa es un certificado de dignidad
, declaró Cristina Fernández tras conocerse la confirmación de su condena, reflejando su postura de víctima de un «lawfare» (persecución judicial y política). Sin embargo, para sus opositores, la sentencia representa la caída de una figura que concentró un poder casi absoluto y se enriqueció a costa del erario público.
Más allá de las interpretaciones, la trayectoria de Cristina Fernández de Kirchner se erige como un fascinante capítulo de la historia política argentina, marcado por el ascenso y la caída de una estrella que polarizó a la sociedad y dejó un legado complejo y controvertido.
