En un devastador giro de los acontecimientos, al menos 95 palestinos han perdido la vida y más de 300 han resultado heridos en los últimos ataques de Israel contra la Franja de Gaza en las últimas 48 horas. Según informes del Ministerio de Salud del enclave, entre los fallecidos se encuentran al menos 10 personas que murieron cerca de los puntos de distribución de ayuda humanitaria operados por la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF).
Acusaciones de «trampas mortales»
El gobierno de Hamás y varios organismos internacionales de ayuda humanitaria han acusado a Israel de haber convertido estos centros de distribución en «trampas mortales» para los palestinos hambrientos. Las autoridades de Gaza afirman que al menos 110 personas han perdido la vida por fuego israelí en la zona desde que la fundación comenzó a operar a principios de la semana pasada.
Confirmación del CICR
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que opera un hospital de campaña en el sur del enclave, ha confirmado que sus equipos han recibido al menos 48 muertos tras incidentes en los centros de distribución, y que todos los heridos aseguraron haber sido atacados cuando intentaban recibir ayuda.
Justificación israelí
Por su parte, el Ejército israelí ha admitido que sus tropas abrieron fuego en varias ocasiones a menos de un kilómetro del centro instalado en el barrio Tel al Sultan, en Rafah, después de que algunos gazatíes abandonaran las rutas establecidas para alcanzar el lugar. Israel defiende que este nuevo sistema de distribución es la única forma de impedir que Hamás se beneficie del reparto de ayuda.
Restricciones de acceso
Ayer, las fuerzas israelíes anunciaron que los gazatíes solo podrán acercarse a los puntos de distribución entre las 06.00 y las 18.00 hora local, y que desplazarse hacia el lugar fuera de las horas establecidas supone un peligro para sus vidas.
Esfuerzos de la Fundación Humanitaria
La GHF, por su parte, aseguró en un comunicado que, hasta la fecha, sus equipos han repartido casi 9 millones de raciones de comida en el sur del enclave. El grupo todavía no ha podido abrir ningún centro en el norte, donde se estima que viven alrededor de un millón de gazatíes, pero insiste en que tiene planes para establecer puntos de reparto en la zona en un futuro.