Ricardo ‘Luss’ Migaglioni, un músico estadounidense del Bronx, se convirtió en el salvador inesperado de una niña chilena cuando su madre fue detenida por error en Nueva York. En una entrevista exclusiva, Luss relata cómo su empatía y rápida acción hicieron la diferencia en un momento crítico.
Todo comenzó cuando Luss iba camino al metro y se encontró con una escena caótica: policías corriendo, personas huyendo y una mujer, Javiera Montero, siendo bruscamente detenida frente a su hija de 12 años. En lugar de ignorar la situación, Luss se acercó a la niña llorosa y le preguntó si conocía a la mujer.
«Algo me dijo que le preguntara a la niña qué estaba pasando. Entonces me acerqué y le pregunté: ‘¿Conoces a esta persona?’ porque vi que se miraban mucho también. Pero la niña no hablaba Inglés, así que le pregunté en Español: ‘¿Es tu mamá? ¿Tú la conoces?’. Y ella me dijo que sí, que era su mamá».
Consciente de que intervenir podría ponerlo en riesgo, Luss decidió centrarse en la seguridad de la niña. Averiguó en qué comisaría se encontraba la madre y acompañó a la pequeña hasta allí, brindándole consuelo y tranquilidad durante el trayecto.
Un Acto de Compasión que Marcó la Diferencia
Luss recuerda que la niña estaba «muy preocupada» después de presenciar la violenta detención de su madre. «Entiendo por qué tenía miedo. Acababa de ver cómo a su madre la tiraban al suelo y la arrestaban», comenta.
Sin embargo, Luss se esforzó por transmitirle calma y seguridad: «Mira, todo va a estar bien. Vamos a resolver esto. Tu mamá va a estar bien».
Su actitud empática y su determinación por ayudar a la menor marcaron una diferencia crucial en un momento tan traumático.
Dispuesto a Testificar por Justicia
Tras reunir a la madre y la hija, Luss ha mantenido contacto con Javiera Montero y se ha ofrecido a testificar en su favor durante la audiencia que tendrá en las próximas semanas. «Si yo tuviera que ser testigo, con mucho amor lo haría, porque fue algo horrible, y yo quiero que ella tenga justicia por lo que le pasó», afirma.
Para Luss, su acción fue simplemente la respuesta natural de alguien que creció en el Bronx, rodeado de gente solidaria que lo ayudó en momentos difíciles. «Hay mucha gente bonita del Bronx y yo trato de representarla siempre. Me crié ahí y estoy bien agradecido de ser del Bronx. Creo que es por eso que tengo el corazón que tengo, porque mucha gente me ha ayudado a mí en situaciones difíciles cuando yo era niño».
La historia de Luss y la niña chilena es un recordatorio de que la empatía y la compasión pueden marcar la diferencia, incluso en los momentos más adversos. Su acto de bondad se convirtió en un rayo de esperanza en medio de una situación traumática.
