En un caso extremadamente perturbador, la justicia chilena ha condenado a un hombre por una serie de delitos cometidos contra su propia sobrina menor de edad. La investigación, liderada por el fiscal Patricio Espinoza y la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales de la PDI, logró acreditar la autoría del acusado en los delitos de abuso sexual reiterado, violación, estupro reiterado y aborto forzado.
Los hechos se remontan al año 2018, cuando la víctima tenía tan solo 9 años de edad y se encontraba bajo el cuidado de su tía materna y el conviviente de esta, el acusado. Aprovechando la relación de dependencia, el hombre mantuvo una serie de conductas lesivas contra la menor a lo largo de varios años.
Según la investigación, en 2024 la víctima resultó embarazada producto de los abusos. Ante esta situación, el acusado viajó a Perú y adquirió pastillas abortivas, las cuales le entregó a la niña para que las ingiriera y provocara la interrupción del embarazo. La víctima, manipulada por el agresor, siguió sus instrucciones y abortó bajo amenazas.
Posteriormente, el hombre recogió el feto, lo envolvió en una toalla y lo enterró en una toma donde vivía. Gracias a las diligencias de la PDI, el feto fue encontrado enterrado y se determinó que tenía aproximadamente 12 semanas de gestación al momento del aborto forzado.
Tras un juicio oral llevado a cabo por el fiscal Cristian Sanhueza, el acusado fue condenado por estos terribles delitos. La sentencia se dará a conocer este viernes 30 de mayo en el Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de Arica.
Este caso pone de manifiesto la importancia de proteger a las víctimas y testigos de delitos, especialmente cuando se trata de menores de edad. El Ministerio Público ha actuado de manera responsable al no revelar la identidad del acusado, evitando así que la información pueda identificar a la afectada.
Lamentablemente, situaciones como esta siguen ocurriendo y es fundamental que la sociedad y las autoridades trabajen de manera coordinada para prevenir y sancionar estos abusos. Solo así podremos garantizar la seguridad y el bienestar de nuestros niños y niñas.
