El ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, se pronunció sobre los últimos antecedentes del caso Monsalve, tras el análisis del teléfono celular del exsubsecretario del Interior. Cordero enfatizó que, debido a la función pública que Monsalve desempeñaba, este debía mantener un mayor nivel de responsabilidad y cuidado en su conducta.
Según Cordero, el hecho de que Monsalve haya buscado servicios de damas de compañía y revisado perfiles de mujeres jóvenes en plataformas colombianas, si bien pueden considerarse parte de su «espacio privado», tienen consecuencias respecto de la función pública que ejercía. El ministro recalcó que Monsalve estaba obligado por ley a «ordenar el sistema de seguridad para perseguir ese tipo de organizaciones» de prostitución.
En este sentido, Cordero señaló que los funcionarios públicos deben tener una «vida social acorde con la dignidad del cargo». Esto se debe a que, cuando usted ejerce función pública, hay una vieja norma del estatuto administrativo que se aplica hasta hoy, que dice algo así como, usted tiene que tener una vida social acorde con la dignidad del cargo
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Implicaciones Éticas y Legales
Cordero también abordó la declaración de Monsalve ante la fiscalía, donde este comentaba que podía mantenerse alejado de sus escoltas. Al respecto, el ministro indicó que como subsecretario del Interior, Monsalve tenía la obligación de reportar a los escoltas dónde estaba. Cordero enfatizó que la disponibilidad de los escoltas es permanente y que los funcionarios públicos tienen un «cierto margen», pero deben mantener esa supervisión.
En resumen, Cordero resalta que el cargo de Monsalve imponía «condiciones de riesgo» y que los funcionarios públicos deben mantener una conducta acorde a la dignidad de su puesto. Esto tiene implicaciones éticas y legales, ya que Monsalve estaba obligado a cumplir con ciertos deberes y responsabilidades inherentes a su función.
Actualización del Caso
Cabe mencionar que, tras la revelación del historial del teléfono de Monsalve, han surgido versiones contradictorias entre el exsubsecretario y las autoridades, como el presidente Boric y la ministra Tohá. Esto agrega una capa adicional de complejidad al caso y subraya la importancia de que los funcionarios públicos mantengan una conducta intachable.
En definitiva, el análisis de Cordero resalta la necesidad de que los servidores públicos ejerzan sus cargos con la máxima responsabilidad y ética, evitando situaciones que puedan comprometer la confianza ciudadana.