Manuel Pellegrini, sin duda, es uno de los grandes personajes del fútbol europeo en los últimos años. Su trayectoria como entrenador lo ha llevado a codearse con la élite del deporte, especialmente en España, donde ha hecho historia con equipos como el Málaga y el Villarreal.
Pero lo que pocos saben es que la carrera de Pellegrini como jugador estuvo marcada por un momento clave que lo llevó a colgar los botines. Y el protagonista de esta historia no fue otro que el legendario Iván Zamorano.
El Reto que Selló el Retiro de Pellegrini
Según relata el propio Pellegrini, todo comenzó en un partido de la Copa de Chile cuando defendía los colores de Universidad de Chile. En ese encuentro, un joven de apenas 17 años, Iván Zamorano, le ganó un salto de cabeza al experimentado defensor.
«Jugábamos la Copa de Chile contra el Sandino (N.de R.: Cobreandino). Nuestro portero rechazó el disparo de un rival, salté para despejar y llegó por detrás un chaval de 17 años, que me sacó medio metro y cabeceó a la red».
Ese día, Pellegrini decidió que era momento de colgar los botines. Años antes, se había impuesto un reto personal: «Me voy a retirar cuando alguien más bajo me gane un cabezazo». Y ese joven Zamorano lo había logrado.
El Respeto Mutuo entre Leyendas
Aunque Pellegrini lamentó su retiro prematuro, reconoció el talento de Zamorano, quien se convertiría en uno de los grandes cabeceadores del fútbol mundial. «Si hubiera sabido dónde iba a llegar, no me hubiera retirado, hubiera seguido dos años más», expresó.
Por su parte, Zamorano también recordó con cariño aquel encuentro. «Manuel lo recuerda diciendo que lo retiró un chico de 17 años y que con el tiempo se había dado cuenta quién era», afirmó. Incluso, reconoció que la Universidad de Chile contaba con «grandes centrales» en esa época.
Dos Carreras Que Se Cruzaron
Mientras Pellegrini se retiraba prematuramente, Zamorano continuó su ascenso para convertirse en una de las leyendas del fútbol chileno y mundial. Por su parte, el ‘Ingeniero’ encontró su verdadera vocación en los banquillos, donde ha cosechado grandes éxitos.
Hoy, ambos son reconocidos figuras del balompié, y esta anécdota que los une se ha convertido en una divertida historia que refleja cómo a veces los pequeños detalles pueden marcar el rumbo de una carrera.
