En una decisión histórica, la Corte Suprema de Chile ha ordenado a la Clínica Antofagasta pagar una indemnización de $125 millones a los familiares de un paciente que falleció por negligencia médica. El caso se remonta al año 2018, cuando el hombre acudió a la clínica con fuertes dolores abdominales, pero el personal médico no realizó los exámenes necesarios para diagnosticar a tiempo una pancreatitis aguda, lo que impidió un tratamiento adecuado y provocó un deterioro fatal en su salud.
Según el fallo, la Corte de Apelaciones de Antofagasta había descartado previamente la responsabilidad de la clínica, pero la Corte Suprema revocó esa decisión al considerar debidamente un informe pericial médico que detallaba las graves omisiones en la atención clínica y establecía el vínculo directo entre la falta de exámenes y el posterior fallecimiento del paciente.
Negligencia Médica Que Costó una Vida
El caso se inició cuando el paciente acudió a la Clínica Antofagasta con un fuerte dolor abdominal. En lugar de realizar los exámenes necesarios para descartar una condición grave, el personal médico se limitó a recetarle medicamentos sintomáticos como omeprazol, viadil y ondansetrón, y lo dio de alta sin una evaluación completa, pese a que presentaba síntomas compatibles con pancreatitis.
Días después, el paciente ingresó a otro centro asistencial, donde fue diagnosticado con pancreatitis aguda grave. Lamentablemente, pese a los esfuerzos médicos, falleció producto de múltiples complicaciones asociadas a la enfermedad. Esto motivó una demanda por parte de sus familiares contra la clínica donde fue atendido inicialmente.
Batalla Legal y Fallo Histórico
El caso fue conocido primero por el Primer Juzgado Civil de Antofagasta, que acogió parcialmente la demanda y fijó una indemnización de $70 millones por daño moral. Sin embargo, este fallo fue revocado por la Corte de Apelaciones, que consideró que la atención se ajustó a los estándares profesionales.
Ante esta situación, los demandantes recurrieron a la Corte Suprema, que finalmente acogió el recurso de casación. En su fallo, el máximo tribunal indicó que la Corte de Apelaciones había incurrido en un error al no considerar debidamente el informe pericial médico presentado por los demandantes, el cual detallaba las omisiones en la atención clínica y establecía el vínculo directo con el fallecimiento del paciente.
En el fallo de reemplazo, la Corte Suprema elevó la indemnización a $125 millones, considerando el sufrimiento emocional de la madre, quien tenía una relación estrecha y dependía emocional y económicamente del fallecido, así como el daño sufrido por su cónyuge.
Este caso representa una victoria importante para los familiares del paciente, quienes han obtenido justicia por una negligencia médica que pudo haberse prevenido. La cuantiosa indemnización impuesta a la Clínica Antofagasta envía un claro mensaje sobre la importancia de brindar una atención médica de calidad y responsable.
