En el prestigioso Festival de Cannes 2025, el director chileno Sebastián Lelio presentó su nueva película, ‘La Ola‘, un audaz musical que se sumerge en los días del poderoso movimiento feminista que tomó las calles de Santiago en 2018. Lejos de ser un simple espectáculo, esta obra se erige como un manifiesto político, donde la música y la danza se convierten en herramientas de confrontación y denuncia.
Inspirada en las ocupaciones feministas chilenas, ‘La Ola‘ sigue los pasos de cuatro estudiantes (Daniela López, Lola Bravo, Avril Aurora y Paulina Cortés) que lideran una toma en su universidad, abordando temas como la impunidad de los abusos contra mujeres, la sororidad y las contradicciones inherentes a estos movimientos de protesta.
Fusionando Activismo y Espectáculo
Según los críticos, ‘La Ola‘ se desarrolla como una audaz fusión de activismo y espectáculo musical
, donde la voz de la protagonista, Julia, se convierte en un instrumento y un grito de guerra cuando su campus se ve inundado por las manifestaciones. Lelio, conocido por sus dramas íntimos, adopta aquí un lienzo más colectivo y audaz, con estudiantes enmascaradas que inundan los pasillos modernistas, alzando pancartas y exigiendo responsabilidades.
Ritmo, Crítica y Autoconciencia
El tono de la película oscila entre el fervor militante y la autoconciencia reflexiva, empleando rupturas de la cuarta pared que cuestionan la dinámica de poder de la narrativa misma. Los números musicales, si bien desiguales en su eficacia melódica, logran transmitir la urgencia del mensaje, especialmente cuando el coro estudiantil irrumpe en la cotidianeidad institucional con letras que convierten las denuncias en estribillos políticos.
Lejos de suavizar sus posturas políticas, ‘La Ola‘ evita esa trampa: cada número refuerza la tensión, visibiliza el malestar y transforma la música en herramienta de confrontación
. El diseño de producción subraya esta intención, contrastando los grises institucionales de los pasillos universitarios con los rojos vibrantes de las intervenciones, marcando una fisura entre el orden establecido y la revuelta en curso.
Un Musical Político sin Precedentes
Si bien ‘La Ola‘ no está exenta de algunas inconsistencias narrativas, los críticos coinciden en que Lelio logra tejer un interesante tapiz sobre lo que significa luchar contra un sistema cruel e insensible. Más allá de la perfección técnica, la película se consolida como un musical político sin precedentes en la historia reciente: una obra donde la protesta se convierte en performance y cada coro refuerza la convicción
.
En un panorama cinematográfico donde los musicales tienden a suavizar sus posturas políticas, ‘La Ola‘ se erige como un manifiesto artístico que desafía los límites del género, transformando la música en un arma de confrontación y denuncia. Un grito de justicia que resuena con fuerza en las calles de Cannes y más allá.