El reciente acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y China en Ginebra representa una importante tregua en la guerra comercial que ha sacudido a la economía global en los últimos años. Aunque no se trata de un arreglo definitivo, este pacto temporal de 90 días sienta las bases para que ambas potencias puedan resolver en la práctica sus diferencias y establecer un mecanismo de consulta que vaya más allá de los meros temas comerciales.
1. Reducción Sustancial de Aranceles Mutuos
El elemento más destacado del acuerdo es la reducción sustancial de los aranceles que ambos países se habían impuesto. Estados Unidos ha acordado rebajar sus tarifas del 145% al 30% para los productos chinos, mientras que China ha aceptado disminuirlas hasta el 10%, desde el 125% previo. Esta disminución entrará en vigor en apenas dos días, el 14 de mayo, dando un respiro inmediato a las industrias y mercados dependientes de los suministros asiáticos.
2. Excepciones y Presión Adicional por el Fentanilo
Si bien ambas partes han acordado reducir sus aranceles generales al 10%, Estados Unidos mantiene excepciones para sectores específicos como el aluminio, el acero o los automóviles. Además, Washington ha vinculado un 20% adicional de arancel a la crisis del fentanilo, una droga que ha causado una de las mayores crisis de salud pública en Estados Unidos. Este arancel extra busca presionar a China para que tome medidas concretas y drásticas para controlar la exportación de los químicos necesarios para la producción del fentanilo y reprimir su salida ilegal hacia el mercado estadounidense.
3. Mecanismo de Consulta Ampliado
Más allá de los temas comerciales, Estados Unidos y China han acordado establecer un mecanismo de consulta que les permita continuar las discusiones y abordar una gama más amplia de cuestiones relacionadas con la economía en general. Por la parte china, el viceprimer ministro He Linfeng liderará este proceso, mientras que por Estados Unidos estarán el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el alto representante comercial, Jamieson Greer. Aún no se ha definido la fecha ni el lugar de la próxima reunión, pero se alternarán entre Pekín y Washington, o incluso podrían elegir un tercer país.
En resumen, este acuerdo temporal entre Estados Unidos y China, si bien no resuelve de fondo las disputas comerciales, sí representa una tregua crucial que da un respiro a la economía global y sienta las bases para que ambas potencias puedan abordar sus diferencias de manera más constructiva en los próximos meses.
