Los diputados de Renovación Nacional, encabezados por Miguel Mellado, Carla Morales, Jorge Durán y Eduardo Durán, han solicitado una auditoría exhaustiva al Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras (PAOCC) del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Esta acción se desencadena tras la ejecución de un taller denominado «Prácticas de Culo»: Práctica de Movimiento Pélvico Freestyle, Improvisación con enfoque descolonial, con un abordaje somático, sensible y gozoso, organizado por la entidad Espacio Vitrina, que forma parte de la Red de Salas de Teatro de la Región Metropolitana.
Según los parlamentarios, si bien no hubo un financiamiento directo a este taller, sí se evidencia un apoyo financiero indirecto a través de la utilización del logo y la imagen del programa PAOCC en la publicidad del evento. Esto los ha llevado a cuestionar la pertinencia de este tipo de actividades dentro del marco de un programa financiado con recursos públicos.
«Cuando se recortan recursos para seguridad y otras prioridades ciudadana, que el gobierno salga patrocinando ‘Prácticas de culo’ es simplemente una bofetada para las miles de víctimas de la delincuencia»
, declaró el jefe de bancada, Miguel Mellado.
Responsabilidad Institucional y Uso de Fondos Públicos
Los diputados han solicitado a la Contraloría General de la República que examine si los objetivos y propósitos del PAOCC se concilian con la realización de este tipo de talleres. Además, han pedido que se dicten instrucciones claras sobre el uso de los logos institucionales por parte de actividades privadas, con el fin de evitar confusiones en la ciudadanía sobre el respaldo y origen de las iniciativas culturales.
La preocupación de los parlamentarios radica en que, si este tipo de actividades no están debidamente contextualizadas en la misión de la entidad beneficiaria, podrían ser consideradas improcedentes o ajenas a los objetivos declarados del programa, afectando así la elegibilidad o continuidad del financiamiento.
Perspectivas en Conflicto
Por un lado, los diputados cuestionan la pertinencia de este taller de danza con enfoque «descolonial» y su relación con los fines públicos del programa de financiamiento. Argumentan que, en tiempos de recortes presupuestarios en áreas prioritarias como la seguridad, el patrocinio de este tipo de iniciativas podría ser visto como una falta de responsabilidad en el uso de los fondos públicos.
Por otro lado, los organizadores del taller defienden su propuesta como una forma de «politizar el cuerpo desde una perspectiva que desafía las normativas coloniales y estéticas tradicionales, proponiendo un reencuentro con el goce, la grasa y la sensualidad como formas legítimas de expresión cultural». Consideran que este tipo de iniciativas artísticas y culturales deben ser valoradas y apoyadas por el Estado.
Este debate pone de manifiesto la tensión entre la responsabilidad del Estado en el financiamiento de la cultura y las diferentes visiones sobre lo que constituye una expresión artística legítima y acorde con los objetivos de los programas públicos.
Conclusión: Hacia una Definición Más Amplia de la Cultura
La solicitud de auditoría por parte de los diputados de Renovación Nacional abre un importante debate sobre los límites y la responsabilidad del Estado en el apoyo a iniciativas culturales. Si bien es comprensible la preocupación por el uso adecuado de los fondos públicos, también es necesario reconocer la diversidad y la evolución de las expresiones artísticas y culturales en la sociedad contemporánea.
Quizás este caso pueda servir como un llamado a una definición más amplia y flexible de lo que se considera «cultura» dentro de los programas gubernamentales, de manera que puedan abarcar una mayor variedad de manifestaciones y enfoques, siempre y cuando se mantenga un equilibrio entre el interés público y el respeto a la libertad de expresión artística.
En última instancia, este debate refleja la complejidad inherente a la gestión de los recursos públicos destinados a la cultura, y la necesidad de encontrar un balance entre la responsabilidad institucional y el apoyo a la diversidad de expresiones culturales en la sociedad.