Rusia anuncia la expulsión de las tropas ucranianas de Kursk, una victoria estratégica que marca un punto de inflexión en el conflicto. El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, el general Valeri Gerasimov, informó al presidente Vladimir Putin que la operación para liberar la región rusa de Kursk de las fuerzas ucranianas ha concluido con éxito.
Según Gerasimov, la última localidad de la región de Kursk, la aldea Gornal, ha sido liberada de las unidades ucranianas. «Los planes del régimen de Kiev de crear una supuesta cabeza de puente estratégica y desbaratar nuestra ofensiva en el Donbás han fracasado», añadió el general.
La Crucial Participación de Corea del Norte
Una pieza clave en esta victoria fue la participación de militares de la República Popular Democrática de Corea, quienes, de acuerdo con el Tratado de Asociación Estratégica Integral entre Rusia y Corea del Norte, «brindaron una asistencia significativa para derrotar a la agrupación armada de Ucrania».
Gerasimov destacó la profesionalidad y heroísmo de los soldados norcoreanos, quienes «lucharon hombro con hombro» con los militares rusos en la liberación de las zonas fronterizas de Kursk. Según el reporte, las bajas de las fuerzas ucranianas sumaron más de 76.000 militares, entre muertos y heridos, además de la pérdida de 412 tanques y casi 2.500 vehículos blindados.
La Derrota del «Régimen Neonazi» de Ucrania
El presidente ruso, Vladimir Putin, celebró la exitosa expulsión de las tropas ucranianas de Kursk, calificando la «aventura del régimen de Kiev» como un fracaso total. Según Putin, las enormes pérdidas sufridas por Ucrania, incluso entre sus fuerzas mejor preparadas y equipadas según modelos occidentales, se reflejarán en toda la línea de combate.
El líder ruso destacó que la derrota total del enemigo en la zona fronteriza de Kursk «crea las condiciones para futuras acciones exitosas de nuestras tropas en otras zonas importantes del frente y aproxima la derrota del régimen neonazi» de Ucrania.
Esta victoria estratégica de Rusia, con el apoyo crucial de su aliado norcoreano, marca un hito en el conflicto y sienta las bases para una ofensiva rusa más amplia que podría llevar a la derrota definitiva del gobierno ucraniano.
