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jueves, mayo 15, 2025

La Trágica Despedida de Pío XII: Cuando el Cuerpo de un Papa Explotó en el Ataúd

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En un caluroso otoño de 1958, el mundo fue testigo de uno de los eventos más aterradores en la historia de la Iglesia Católica. Durante el funeral del Papa Pío XII, quien había guiado a la Iglesia durante la Segunda Guerra Mundial, ocurrió una explosión que estremeció a los presentes.

Pío XII, cuyo nombre de nacimiento era Eugenio Pacelli, había sido elegido como pontífice apenas seis meses antes del inicio del conflicto mundial. Siendo un experto en alemán, Pacelli había representado al Vaticano como Nuncio Apostólico en la Alemania nazi y la República de Weimar entre 1917 y 1929. Su papado estuvo marcado por la controversia, ya que algunos lo consideraban un héroe por haber contribuido al rescate de judíos en Roma, mientras que otros lo criticaban por no haber condenado abiertamente el exterminio sistemático de millones de personas.

El Médico Incompetente y el Embalsamamiento Fallido

Durante su papado, Pío XII se apoyó en la figura de Riccardo Galeazzi-Lisi, un oftalmólogo conocido por su incompetencia y charlatanería. Galeazzi-Lisi fue nombrado médico personal del pontífice, a pesar de que Pío XII padecía problemas estomacales.

Cuando Pío XII falleció a los 82 años, Galeazzi-Lisi asumió la responsabilidad de embalsamar el cuerpo, un proceso tradicional para los papas. Sin embargo, el médico propuso un método «revolucionario» que él mismo había desarrollado junto al cirujano Oreste Nuzzi. Este proceso, al que llamaron «ósmosis aromática», supuestamente permitiría preservar el cuerpo indefinidamente sin necesidad de extraer los órganos vitales.

La Descomposición en Vivo

Lamentablemente, el método de Galeazzi-Lisi resultó ser un completo fracaso. Tan pronto como el cuerpo de Pío XII fue expuesto en la Sala de los Suizos en Castel Gandolfo, comenzó a descomponerse a una velocidad alarmante. El cadáver se cubrió de arrugas y, poco después, los gases putrefactos empezaron a escapar por los orificios, provocando un hedor nauseabundo.

«Ha comenzado una furiosa sucesión de fenómenos cadavéricos transformadores: es la descomposición en vivo bajo la mirada horrorizada de los espectadores, siguiendo el aberrante ‘embalsamamiento’ patentado y practicado por el archiatra Galeazzi Lisi.»

Para evitar que los químicos y gases escaparan, el cuerpo fue colocado en un ataúd cerrado, lo que aceleró aún más la descomposición. Durante la procesión fúnebre hacia el Vaticano, se escuchó un estruendo aterrador: la explosión de la cavidad torácica del Papa, provocada por la acumulación de gases.

El Fin de la Carrera de un Charlatán

El desastroso embalsamamiento de Pío XII fue presenciado por «miles de cientos de fieles», según informes de la época. Este evento marcó el final de la carrera del incompetente Galeazzi-Lisi, quien fue reprendido y expulsado del Vaticano por el sucesor de Pío XII, el Papa Juan XXIII, y también del Consejo Médico Italiano.

La trágica despedida de Pío XII se convirtió en un episodio que sacudió a la Iglesia Católica y a la opinión pública. El fracaso del embalsamamiento y la explosión del cuerpo del pontífice en el ataúd dejaron una huella imborrable en la historia de la Iglesia y en la memoria de quienes presenciaron este escalofriante evento.

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