Dimitri Payet, exjugador de equipos como Marsella, West Ham y actualmente en el Vasco Da Gama, se enfrenta a acusaciones impactantes de una ex amante que lo describe como un «monstruo» por los abusos que supuestamente sufrió durante su relación.
La mujer, identificada como Larissa Ferrari, relata en declaraciones al medio The Sun una serie de episodios aterradores que incluyen violencia física, moral, psicológica y sexual. Según Ferrari, fue obligada a grabar actividades sexuales e incluso a participar en una boda falsa sin que la esposa de Payet lo supiera. Además, acusa al jugador de obligarla a meter la cabeza en el inodoro.
Del Encanto al Terror
Ferrari relata que al inicio su relación con Payet fue «muy dulce y romántica». «Era muy atento y hubo muchos abrazos y besos. Me pareció un hombre encantador»
, cuenta. Sin embargo, solo dos meses después, la situación comenzó a descontrolarse.
Según Ferrari, Payet la obligó a participar en una boda falsa, sin mencionar que ya estaba casado. «Nunca mencionó a su esposa y no me gustaba preguntarle por ella. Me pidió que le comprara un anillo de bodas y me dijo que nunca me dejaría»
, revela.
Violencia Extrema y Humillación
El punto más álgido de la relación llegó en diciembre, cuando Payet se volvió agresivo después de que Ferrari compartiera fotos con un amigo. «Dijo que era la única persona en la que podía confiar. Luego me dijo que me castigaría y que se iría a Francia 30 días para volver con su familia. Me dijo que, a su regreso, yo también sería castigada sexualmente»
, cuenta Ferrari.
Según la mujer, Payet la golpeó y tuvo relaciones sexuales violentas con ella. «A los pocos segundos de llegar a su casa, me dijo: ‘Ahora empieza tu castigo'»
, relata, aportando fotos de las lesiones que le provocó el futbolista.
Incluso, Ferrari afirma que Payet la obligó a grabar videos sexuales humillantes, como meter la cabeza en un inodoro. «Fueron cosas realmente horribles. Lo hacía porque realmente lo amaba y quería su aprobación»
, explica.
Un Llamado a la Justicia
Larissa Ferrari concluye que «es un monstruo enfermo. Temí por mi vida y todavía tengo miedo. No sólo quiero justicia, sino también ayudar a otras mujeres que permiten ciegamente que sus parejas abusen de ellas»
. Este caso ha remecido el mundo del fútbol y se espera que las autoridades tomen las medidas correspondientes.
