El último episodio de Podemos Hablar estuvo cargado de sorpresas y momentos memorables. Bajo la conducción de Diana Bolocco, los invitados de la noche –Pato Torres, Natalia Cuevas, Cristina Tocco y el actor uruguayo Fernando Kliche– compartieron historias y anécdotas de sus carreras, generando risas y carcajadas en el estudio.
Sin embargo, el ambiente distendido se volvió polémico cuando Bolocco y Kliche protagonizaron un inesperado beso en medio del programa. Mientras los otros invitados reaccionaron con sorpresa y diversión, en las redes sociales el incidente no cayó nada bien.
«No hay límites», «Me carga eso que se besen todos con todos» y «No hay respeto»
, fueron algunos de los comentarios críticos que inundaron las publicaciones del programa en Instagram. Algunos usuarios consideraron que el gesto carecía de profesionalismo y traspasaba los límites de la confianza entre conductores e invitados.
Anécdotas y recuerdos de Fernando Kliche
Más allá del beso, Fernando Kliche también compartió varias anécdotas de su trayectoria actoral, entre ellas una bastante caótica que ocurrió poco después de llegar a Chile.
Recordó que en 1981, durante el rodaje de la teleserie Casagrande, le tocó grabar una escena en moto, pese a que no tenía experiencia en el tema. Lo que parecía una escena sencilla, terminó siendo un verdadero desastre.
«Me pasan una Yamaha de 500 cc y yo no tenía idea de cómo subirme. Al intentar manejarla, perdí el control, casi atropello a un camarógrafo, y la moto de más de 300 kilos cayó encima de una cámara. El incidente terminó con cables enredados, gente en el suelo y un tremendo desorden en el set que yo mismo describí como ‘Sodoma y Gomorra’.»
Debate y conversación en las redes
Aunque las opiniones en redes quedaron divididas, con algunos defendiendo la espontaneidad del momento y otros criticando duramente el gesto, Podemos Hablar logró su objetivo: generar conversación.
Entre anécdotas, polémicas y carcajadas, este episodio dejó a todos hablando, demostrando una vez más la capacidad del programa para captar la atención del público y provocar debates en torno a los límites de la confianza y la profesionalidad en televisión.
