El príncipe Harry, quien junto a su esposa Meghan Markle renunció a sus deberes reales en 2020, se encuentra inmerso en una disputa legal con el gobierno británico por recuperar su protección personal cuando visita su país de origen. Según reveló el periódico The Times, una de las razones detrás de esta solicitud es una supuesta amenaza del grupo terrorista Al Qaeda en respuesta a las declaraciones del Duque de Sussex en su libro de memorias Spare.
En dicha obra, Harry confesó haber matado a aproximadamente 25 talibanes durante su servicio militar en Afganistán en 2012. Esto habría provocado que Al Qaeda pidiera su asesinato, argumentando que sería «algo que complacería a la comunidad musulmana», según expusieron los abogados del príncipe.
La Lucha por la Seguridad Personal
Cuando Harry y Meghan renunciaron a sus deberes reales, perdieron el derecho a recibir protección policial financiada por el Estado británico. Ahora, el Duque de Sussex busca que se le restablezca una protección privada durante sus visitas al Reino Unido, algo que las autoridades se han negado a conceder.
En una de las audiencias, los abogados de Harry argumentaron: No hay que olvidar la dimensión humana de este caso. Hay una persona sentada detrás de mí cuya seguridad y vida están en juego. Hay una persona sentada detrás de mí a quien le han dicho que recibirá un proceso manifiestamente inferior en todos los sentidos.
Protección Limitada en Reuniones Reales
Cabe destacar que, si bien el príncipe cuenta con guardaespaldas cuando asiste a reuniones en residencias reales dentro del Reino Unido, no tiene ese mismo nivel de protección en sus instancias privadas. Esta situación lo ha llevado a regresar a su país natal en varias ocasiones entre 2021 y 2025, incluyendo visitas para conocer sobre el estado de salud de su padre, el rey Carlos III, quien padece cáncer.
La definición de este caso podría darse en las próximas semanas, y representa un desafío importante para el Duque de Sussex en su lucha por mantener su seguridad personal mientras visita el Reino Unido.
Más allá de las implicaciones legales, este caso también pone de manifiesto los complejos desafíos que enfrentan los miembros de la realeza británica cuando deciden alejarse de sus deberes oficiales.