En un incidente que desafía la imaginación, las autoridades belgas lograron frustrar un intento de fuga de la cárcel de Nivelles, al sur de Bruselas, donde se utilizó un dron gigante equipado con un arnés capaz de soportar hasta 130 kilos. Este hecho, ocurrido el 25 de febrero, pone de manifiesto los crecientes desafíos que enfrentan los sistemas penitenciarios ante el uso de tecnología avanzada por parte de los reclusos.
Según testigos, el enorme dron sobrevoló el patio de la prisión, aparentemente equipado con una cuerda y un arnés, lo que sugiere que el plan era utilizarlo para facilitar la fuga de un reo. Además, se encontraron 18,5 gramos de hachís y un teléfono móvil en el suelo del centro, aunque no se ha establecido una relación formal entre estos elementos y el intento de evasión.
La investigación policial llevó a la localización de un vehículo Audi con matrícula francesa, así como un Peugeot, ambos relacionados con el caso. En el registro de los apartamentos de los sospechosos, se encontraron una estación de recarga para drones, cuerdas, arneses y baterías, lo que confirma la hipótesis de que se trataba de un plan orquestado para facilitar la fuga de un recluso mediante el uso de tecnología avanzada.
Medidas de Seguridad Reforzadas
Este incidente ha puesto en evidencia la necesidad de que las prisiones belgas implementen medidas de seguridad más robustas para hacer frente a este tipo de amenazas tecnológicas. De hecho, en mayo de 2024, las autoridades anunciaron que la cárcel de Nivelles se equiparía con un sistema de 418 cámaras instaladas dentro y fuera del recinto, con un presupuesto de 3,8 millones de euros, con el objetivo de detectar tanto la presencia humana como la introducción de objetos en el penal.
Además, la prisión ha establecido una colaboración con la empresa SkyDrone para la detección de drones, aunque los detalles de este acuerdo no han sido revelados por razones de seguridad. Estas medidas reflejan la determinación de las autoridades belgas por mantener la integridad de sus sistemas penitenciarios y evitar que la tecnología sea utilizada para facilitar fugas.
Lecciones Aprendidas y Desafíos Futuros
El intento de fuga con un dron gigante en la cárcel de Nivelles es un recordatorio de que los reclusos están cada vez más dispuestos a utilizar tecnología avanzada para desafiar los sistemas de seguridad carcelarios. A medida que la innovación tecnológica continúa avanzando, las prisiones deberán estar a la vanguardia para desarrollar soluciones efectivas que mantengan a los reclusos bajo control y eviten este tipo de incidentes.
Este caso también subraya la importancia de la colaboración entre las autoridades penitenciarias, las fuerzas del orden y las empresas especializadas en seguridad tecnológica. Solo a través de un enfoque integral y la adopción de las últimas innovaciones, las prisiones podrán estar mejor preparadas para hacer frente a los desafíos que plantea el uso de drones y otras tecnologías por parte de los reclusos.
