El sábado 29 de marzo de 2025, Chile experimentó un apagón masivo que dejó a miles de hogares y empresas sin electricidad. El Coordinador Eléctrico Nacional, la autoridad encargada de la gestión del sistema eléctrico, rápidamente explicó los motivos de este corte de suministro a través de sus redes sociales.
Según el organismo, a las 13:40 horas se produjo una desconexión de la línea de transmisión de 500 kV Ancoa-Jahuel 3 y 4 debido a un incendio bajo la línea. Esta falla provocó una pérdida estimada de 350 MW de potencia, lo que desencadenó cortes de energía en varias comunas de la Región Metropolitana y Valparaíso.
Impacto a Nivel Nacional
Aunque el Coordinador Eléctrico inicialmente informó que el corte afectaba solo a la RM y Valparaíso, la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) confirmó que el apagón se extendió a un total de 10 regiones del país: Coquimbo, O’Higgins, Maule, Bío Bío, La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y Magallanes, además de la RM y Valparaíso.
Según la SEC, a las 14:05 horas se registraban 74 mil viviendas sin suministro eléctrico. Incluso horas después, a las 15:55, aún quedaban más de 33 mil usuarios sin energía. Esto evidencia la magnitud del incidente y el desafío que enfrentaron las autoridades para restablecer el servicio de manera oportuna.
Respuesta del Coordinador Eléctrico
El Coordinador Eléctrico Nacional informó que a las 13:42 horas se había instruido la normalización de los consumos. Sin embargo, la SEC reportó que el proceso de restablecimiento del suministro eléctrico se extendió por varias horas más.
Este tipo de incidentes en la red de transmisión eléctrica pueden generar apagones de gran magnitud, ya que afectan a múltiples regiones del país de manera simultánea
, explicó un experto en el sector eléctrico. La coordinación y respuesta oportuna de las autoridades es clave para minimizar el impacto y restablecer el servicio lo antes posible.
El apagón masivo del 29 de marzo de 2025 evidenció la vulnerabilidad del sistema eléctrico chileno ante eventos inesperados, como incendios en la infraestructura de transmisión. Esto plantea la necesidad de fortalecer la resiliencia y redundancia del sistema para evitar que futuros incidentes de este tipo afecten a una gran parte de la población.