En la madrugada del viernes, un poderoso terremoto de magnitud 7,7 sacudió el noroeste de Birmania (Myanmar), causando graves daños y al menos 23 víctimas mortales en los dos países afectados. Según el geógrafo Marcelo Lagos, este evento sísmico presenta características distintivas que lo diferencian de los terremotos típicos de subducción que afectan a Chile.
Un terremoto de falla cortical
A diferencia de los sismos interplaca que se producen en la zona de subducción entre las placas de Nazca y Sudamericana, este terremoto en Birmania es el resultado de una falla cortical que se encuentra dentro de la propia placa Sudamericana, más cerca de la superficie. Este tipo de fallas acumulan energía a lo largo de mucho tiempo, desde un siglo hasta miles de años, lo que los hace menos recurrentes pero igual de peligrosos cuando se liberan.
Según Lagos, este fenómeno es similar a la falla de Liquiñe-Ofqui que atraviesa el sur de Chile, la cual también puede generar este tipo de sismos profundos y destructivos, aunque con menor frecuencia que los terremotos costeros.
Menor riesgo de tsunami
Uno de los aspectos clave de este terremoto de falla cortical es que tiene un menor riesgo de generar un tsunami en comparación con los sismos de subducción. Al ocurrir lejos de los océanos, el movimiento del suelo no logra desplazar grandes volúmenes de agua que puedan propagarse en forma de olas gigantes. Sin embargo, Lagos advierte que sí existe la posibilidad de tsunami en los lagos interiores o desbordes en embalses
, así como de réplicas que puedan complicar la situación.
Lecciones para Chile
Si bien este tipo de terremotos de falla cortical son menos frecuentes en Chile, el país no está exento de sufrirlos, como lo demuestran eventos pasados como el terremoto de Las Melosas en 1958 o el de Pichilemu en 2010. Según Lagos, estos sismos profundos y poco comunes suelen ser «huérfanos en la legislación», lo que significa que la sociedad tiende a olvidarlos y no estar preparada adecuadamente para enfrentarlos.
Por lo tanto, el caso del terremoto en Birmania y Tailandia sirve como un recordatorio de que Chile debe estar atento a este tipo de amenazas sísmicas menos comunes pero igual de peligrosas, y trabajar en mejorar la resiliencia de las comunidades ante este riesgo.